FOLK BRITÁNICO. La portada lo deja claro. Shirley en primer plano, tranquila, serena, mirando al espectador. Davy Graham al fondo, de guardián, mirándola a ella. Todo eso es lo que suena en este disco fundamental para el folk británico en el que colaboran dos de sus mayores luminarias. La voz potente y pura como un manantial de Collins acunada, espoleada o simplemente subrayada por los arabescos acústicos de Graham.
A veces nos encontramos excepciones a esta maravillosa alianza. Canciones instrumentales y otras a capela que tratan de reafirmar a una y otro en su papel, en un virtuosismo fastuoso de los que hoy en día sólo se pueden recordar como algo lejano. Toques exóticos en él, con afinaciones personales, con especias de Oriente y el Magreb. Trinos inmaculados en ella, pintados del verdor de la campiña inglesa, de añoranzas medievales y de algún que otro desliz norteamericano. Esto último no se volvería a repetir en sus grabaciones.
La sensación de paz que deja este disco no tiene parangón. Para mí es uno de esos momentos imprescindibles en esa música que yo llamo de curación, como bálsamo para nuestras heridas sangrantes, nuestro estrés y el caos en el que vivimos inmersos. Así de emotivo y precioso es un disco importantísimo para el folk, para la música y para sus creadores. A la Collins la controlo menos, pero en cuanto a Graham diría que si no es su mejor disco, es el segundo. "Folk, Blues and Beyond" (1965) sigue siendo mucha tela. Vale, pero este también.
★★★★☆
Total: 50 min.
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