martes, 28 de julio de 2020

Arma de destrucción masiva


Fear of Music (Talking Heads, 1979)
ART ROCK

Y aquí es donde Brian Eno mete las manos hasta los codos. Después de una primera colaboración en el disco anterior con la que amplió la paleta y el alcance del sonido del grupo, aquí su contribución fue decisiva a la hora de establecer a los Talking Heads como la banda del momento. Un grupo lleno de ideas y de personalidad que se convierte en su tercer disco en icono de la modernidad, gourmets de la innovación y sacudidores de conciencias con el compromiso artístico como faro, guía y razón de ser.

Eno venía de colaborar con todo un David Bowie en su exitosa trilogía berlinesa y de alguna manera trasladó ese espíritu experimentador y fagocitador de tendencias y músicas de todo pelaje a esta alianza con los de David Byrne. Algo que ya se apreciaba en el anterior, pero que en este "Fear of Music" (delicioso título otra vez) es mucho más palpable. En su sonido afilado y metálico, enfriado con unos toques electrónicos cortesía del ex-Roxy Music que redundan en un trabajo implacable y absolutamente abrumador.





Un disco con personalidad propia que ya anuncia el desboque africano que explotaría en el siguiente álbum. Ahí está "I Zimbra" para refrendarlo. Un tema al que no acababan de dar forma hasta que Brian sugirió a David que usara un poema dadaísta de Hugo Ball, todo sonoridad, cero significado. En las antípodas de la verborrea desatada en múltiples matices a la que estaba abonado el escocés de nacimiento. Un triunfazo como ese baladón espectacular que es "Heaven" y que vio la luz gracias a que Eno se empeñó en darle forma al oírselo canturrear a Byrne.

Dos ejemplos de lo mucho que influyó el músico inglés en una obra frenética, interpretada a sacudidas, extática y hierática a la vez. Un disco que fluye metálico e inmisericorde entre sintes, bajos gordísimos y guitarrazos mayestáticos para encaramarse a lo más alto de un canon inigualable. Hasta ese momento, porque solo unos meses después verían superado esto. Y parecía imposible.
★½
 

Las comparaciones entre la tríada de discos (de estudio) que Eno produjo para Talking Heads con la colaboración del inglés con Bowie en su trilogía berlinesa son más que naturales. Sin sonar iguales (estamos ante titanes con demasiada personalidad para eso), sí que comparten el mismo espíritu. El sello de Eno es tan claro, las ansias por crear algo inmarchitable tan grandes, que los paralelismos se agolpan sin remisión. En este "Fear of Music" más que en ningún otro de los Heads. Ahí está la guitarra de Robert Fripp dejando su huella en la canción "Heroes" y en "I Zimbra". O ese "Heaven" que, sin ser exactamente lo mismo, comparte el anhelo inasible de la canción de Bowie mencionada. La grandeza trabajada desde ángulos complementarios genera, eso, grandeza para disfrutar desde mil vertientes que confluyen en el mismo mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario