lunes, 20 de julio de 2020

Mano lenta

Eric Clapton
Ripley, Surrey, GBR, 1945 - 

“Clapton es Dios”. Con este grafiti aparecido en Islington, barriada londinense, en 1966 se resume la adoración, el poder y la gloria de uno de los mejores guitarristas de la historia. No sólo se limitó al instrumento, también canta y compone en una carrera multifacetada y diversa como pocas, en la que domina, eso sí, su obsesión por el blues al que dio nuevas formas y tonalidades en cada una de sus aventuras.

En su currículum destacaría un par de proyectos. El primer supergrupo de la historia, Cream, un power trío brutal que anticipó a toda una Jimi Hendrix Experience y fue pionero en ese blues rock o heavy blues con el que el Swinging London nos apabulló a mediados de los 60. Tras su estela surgieron miles de bandas, no todas buenas, pero su huella y su prestigio se mantienen intactos con el paso del tiempo.

También podría decir lo mismo de esos efímeros Derek & the Dominos con los que limó la psicodelia de Cream para añadir un componente de rock sureño que se tradujo en solos llenos de flama eléctrica como nunca antes había hecho. Antes de todo esto también había colaborado con todo un John Mayall en los Blues Breakers de este, el cual lo acogió como a un hijo, para verlo volar más alto que él mismo al poco tiempo. Los Yardbirds también disfrutaron de su digitación, si bien sólo estuvo en el grupo de 1963 a 1965.

Tras finiquitar Cream, como he dicho, tuvo proyectos de corta duración y gran impacto como los mencionados Derek & the Dominos o Blind Faith. Y entre los mismos y más allá de ellos, una carrera en solitario a la que le ha faltado solidez y que ha pecado de errática y dudosa con adicción a la heroína incluída. Eso no le ha impedido amasar una legión de fans inmensa ni vender miles de discos. Y por supuesto también se ha hecho acreedor de entrar en el Rock & Roll Hall of Fame nada menos que en tres ocasiones (nadie lo ha conseguido aparte de él) y ha recibido la medalla de la Excelentísima Orden del Imperio Británico.

Todo a mayor gloria de un legado que, siendo sinceros, vale bien poco desde mitad de los 70 hasta nuestros días. Otro ejemplo más de un pasado glorioso que ha ido diluyéndose en el ostracismo y la nada sin remisión. Lo que no quita que estemos ante un grande.

DISCOS RUID0
  • 461 Ocean Boulevard (1974) 🌟🌟🌟
  • The Cream of Clapton (1987)
  • Unplugged (1992) 
ARTISTAS RELACIONADOS 
  • Cream
  • John Mayall
  • Yardbirds
  • Derek & the Dominos

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