miércoles, 12 de agosto de 2020

Negro, boricua y latino

The Underdog / El subestimado (Tego Calderón, 2006)

REGUETÓN

El segundo álbum de Tego supone un avance extraordinario con respecto a su ya exitoso debut. La complejidad de sus bases y la pureza de sus raíces latinas representan todo un hito en una música tan pegada a la gran ciudad que suele perder de vista lo que pasa en el suburbio y en el pueblecito. En definitiva, no es normal que se empleen géneros salseros para rapear sobre ellos, pero mucho menos que el reguetonero de turno se atreva a cantar, así con todas las letras, temas de salsa puros y duros. Pero es que encima lo hace estupendamente.

En cuanto a la temática, ahí sigue la inefable guerra de egos en la que saca pecho como el poeta callejero que dice ser, también el deseo natural de calentar a toda dama que pase por su lado, pero además toca palos menos manoseados como la reivindicación sociopolítica ("Veo, veo"), el racismo ("Chango blanco) y cuestiones personales como la muerte de su padre ("A mi papá") (muy acertada) o el divorcio y custodia de los hijos (más mediocre y vergonzante).
 


En definitiva, esta puede ser fácilmente la cumbre del Negro Calde. Un disco que empieza como un cohete, pero que como pasa casi siempre con estos géneros, acaba enredado en sí mismo colocando un tema detrás de otro sin orden ni concierto con colaboraciones de tomo y lomo hasta anegar el CD en un ejercicio de incontinencia absolutamente innecesario. Don Omar, Buju Banton, Óscar D'León o Chyno Nyno tendrán unas agendas superapretadas y sería ahora o nunca, pero eso no justifica que nos enturbien un álbum que tiene un comienzo demoledor y que no necesitaba de tanto artificio. En todo caso, altamente recomendable para eliminar prejuicios.

½

 

El título de este álbum nos remite directamente a ese temazo de Sly & the Family Stone incluido en "Whole New Thing" (1967). Y no es una cuestión baladí, ya que si lo pensamos un poco hay no pocos paralelismos entre los dos artistas. Para empezar, su negritud militante (Tego tiene un hijo al que ha llamado Malcolm X), su actitud desafiante para con el sistema en general y los EE.UU. en particular (Calderón siempre se ha mostrado muy crítico con el colonialismo que este país ejerce sobre Puerto Rico), y por supuesto su posicionamiento artístico, que los ha llevado a volcar sus experiencias y su actitud vital en una música en ambos casos carnosa, turgente y vibrante. No sé si el título es un homenaje a Sly, pero sería bonito que así fuera. Y pertiente, ¡vive Dios!

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