martes, 1 de septiembre de 2020

El blues del sol naciente

Satori (Flower Travellin' Band, 1971)

PROTO-METAL. Lo primero que habría que advertir es que no estamos ante un grupo revivalista ni imitador en sentido propio. Estos "Flower Travellin' Band" fueron fundados por Yuya Uchida en 1967. Sí, en plena fiebre del Swinging London y del rock psicodélico californiano. Según parece, el detonante fue un viaje a Inglaterra para visitar a su amigo John Lennon. Tras entrar en contacto con lo que hacían gente como Jimi Hendrix o Cream, Uchida quedó impresionado y volvió a Japón decidido a trasladar de alguna forma ese sonido a su país natal.

Este segundo disco, el primero compuesto por temas propios en su totalidad, nació más por la necesidad y la urgencia ante la inminente gira canadiense que les había surgido casi por casualidad. Necesitaban material propio para sus conciertos y, en un alarde de eficiencia japonesa, grabaron este "Satori" en dos días. Tiempo que, según demuestran aquí, fue más que suficiente para volcar todo lo que Uchida traía de Londres en su maleta y en su cabeza. Por suerte, no es eso lo único que suena en estos surcos.

Porque si este disco está tan bien considerado no es por lo bien que emula a Cream ni por lo mucho que suena a Black Sabbath ni por anunciar cosas tan lejanas aún como el doom metal. No, lo realmente importante aquí es el componente autóctono. Ese aliento inasible que no podemos explicar pero que hace que nos suene a rock, sí, pero con esa pizca de especias orientales que lo cambia todo. Entre la maraña eléctrica y los gritos espeluznantes se atisba en todo momento ese toque hindú marca de Hideki Ishima, guitarrista muy intersado en esas sonoridades, y por supuesto un algo ancestral e hipnótico que es imposible separar de la tradición japonesa.

Así, el grupo ejerce de maestro para todos esos grupos que queriendo hacer rock, esa música que vuelve locos a casi todos, cuentan con la pretensión de trascender la mera anécdota y convertirse en hito siquiera en sus países de origen. Gente como Os Mutantes, Sepultura, Veneno o Enrique Morente. Artistazos que siempre han tenido claro que es mejor ser cabeza de ratón que cola de león. Pero es que para eso se necesita un talento y una visión que muy pocos tienen.

A1 Satori, Part 1 5:22
A2 Satori, Part 2 6:56
A3 Satori, Part 3 9:40
B1 Satori, Part 4 10:53
B2 Satori, Part 5 6:56
Total: 39:47

Nos retrotraeremos al cine de terror que evoca más de un riff y más de un grito aquí. Y en Japón eso está íntimamente unido a los "kwaidan", cuentos fantásticos y leyendas tradicionales con el denominador común del componente misterioso y a veces terrorífico que sin duda puede provocar la música de este disco.

Y para mí, "Kwaidan" siempre se referirá principalmente a la obra maestra de Masaki Kobayashi (en España, "El más allá" (1964)). Una película que se compone de cuatro historias independientes y que impresiona por su colorido y fantasmagórico aspecto visual, el cual es de una originalidad abracadabrante. Quizá por eso me salte a la mente cada vez que "Satori" empieza a sonar.

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