domingo, 27 de septiembre de 2020

Rubi@

Blonde (Frank Ocean, 2016)


R&B. Últimamente observo un juego publicitario muy interesante con los títulos de los discos. En concreto se juega con su grafía, con caracteres extraños o como en este caso, el título impreso en la carátula no es exactamente aquel con el que se promociona en redes sociales y circuitos oficiales. Y claro, si los voceros autorizados por el artista dicen que esto se llama "Blonde", por mucho que en la portada aparezca la variante masculina, "Blond", se acaba llamando "Blonde".

Truco publicitario para crear confusión y que se hable del disco o canto desprejuiciado a la bisexualidad abierta de Ocean, poco importa cuando el contenido es tan lujoso e inmaculado como en este caso. Un contenido que apela a Prince y Stevie Wonder, cómo no, pero que en su barroquismo arreglístico muestra también una herencia clara del pop multicapa de los Beatles y los Beach Boys más experimentales. Concretamente en la preciosa "White Ferrari", en cuyo interludio vocal Frank homenajea a los de Liverpool jugueteando con la melodía de "Here, There and Everywhere".

Y en lo demás nos encontramos a un Ocean excelso y finísimo en lo creativo. Sobre collages y melodías de encaje nos habla de sus inseguridades, de sus problemas con su propia masculinidad, sus líos de alcoba, sus traumas, sus pérdidas... Con "Blonde" (o "Blond") se nos revela la realidad de un artista confesional inmenso, el perfecto cronista de los sentimientos de la generación llamada a heredar la tierra en estas primeras décadas del tercer milenio.

Puede parecer que entre todos estos arreglos de fantasía y todas estas voces filtradas y elevadas a las alturas de lo perfecto y lo sagrado no hay mucha miga, pero basta con pegar un poco la oreja a lo que dice Ocean para darse cuenta de que es tan o más importante que cómo lo dice. Por eso estamos ante un triunfo absoluto. Disco del año, arrasando en todos los premios habidos y por haber y como un cohete hacia la eternidad que se reserva solo para los ganadores.

★★★★☆

1 Nikes 5:14
2 Ivy 4:09
3 Pink + White 3:04
4 Be Yourself 1:26
5 Solo 4:17
6 Skyline To 3:04
7 Self Control 4:09
8 Good Guy 1:06
9 Nights 5:07
10 Solo (Reprise) 1:18
11 Pretty Sweet 2:38
12 Facebook Story 1:08
13 Close to You 1:25
14 White Ferrari 4:08
15 Seigfried 5:34
16 Godspeed 2:57
17 Futura Free 9:24

Total: 60:08


El disco venía acompañado, al menos en sus primeras ediciones, por una revista editada por el propio artista a la que tituló "Boys Don't Cry". Un título que nos lleva a muchos sitios, desde la canción de The Cure a la película de Kimberly Peirce de 1999. Esta última referencia es la más natural para una obra que se espeja en cierta forma en la historia trágica de su personaje transgénero. Sexo antinatural y drama permean la obra de Ocean de una forma tan penetrante que es difícil permanecer impasible ante ella. Como en la película.

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