Matrícula de honor (Tequila, 1978)
ROCK & ROLL.Viendo el panorama nacional de finales de los 70, el alcance de lo que suena en estos surcos se antoja colosal. Que un grupo tocara rock & roll como lo hacía Tequila y que tuviera la capacidad de amasar una legión de fans equiparable a la de los Pecos no era algo para tomarse a broma. Máxime cuando lo que suena aquí puede defenderse tantos años después como uno de los discos básicos para entender los comienzos del rock propiamente dicho en esta piel de toro.
Tuvieron que venir de Argentina, un país mucho más avanzado en todo por aquel entonces, para enseñárnoslo. El combo se luce preciso y erudito en unas formas que más que beber de sus adorados Stones, que también, liban directamente de la fuente, Chuck Berry a la cabeza. Al menos eso es lo que podemos saborear en los momentos más despendolados y caraduras, de la seminal y nunca bien ponderada "Rock & Roll en la plaza del pueblo" a "Necesito un trago", pasando por "El ahorcado", "Buscando problemas", "Mala leche" o "Desabrochando".
Es cierto que Tequila siempre han tenido la virtud de coger de aquí y de allá y mezclar las piezas para descolocarnos. Así, cuando empieza esa "Nena, qué bien te ves", enseguida nos viene a la mente el "You Can't Always Get What You Want" de los Rolling, pero rápidamente lo transforman en un tema de jazz rock que lo pone todo patas arriba, por muy tontorrón que acabe siendo. Y luego está esa "Abre el día" que nos zarandea al hacernos pensar en "Wild Horses", "Sister Morphine" o "Salt of the Earth", todo al mismo tiempo.
Y todo esto no significa que todo brille aquí con la misma fuerza ni que estemos ante un clásico inapelable. El problema está en la tontería lírica general, que más allá de apelar al lado lúdico y sinvergonzón del rock, puede resultar algo insoportable a veces. Eso y temas concretos que o no llegan o no pegan ni con cola como el mencionado "Nena, qué bien te ves" o las instrumentales "Vacaciones en Copacabana", aceptable, o "Israel", prog rock con toques celtas, indigesto y totalmente prescindible.
Una lástima, porque el grupo derrocha personalidad y valentía, pero al final este estreno se queda en un noble intento, un soplido de aire fresco en medio del ambiente de tímida pero ansiosa apertura que se respiraba tras la muerte del dictador.
★★★☆☆
Podríamos pensar que el título del disco y su portada se inspiran en esa "Rock 'n' Roll High School" que rodara Allan Arkush con la inefable participación de los Ramones. Sería un paralelismo genial si no fuera por el pequeño detalle de que este disco es del 78 y la película del 79.
Una pena, porque tampoco creo que la inspiración fluyera en sentido contrario, aunque quién sabe... No veo a un anglosajón empapándose de lo que ocurría en nuestra piel de toro en términos rockeros, pero aquí puede haber un trasvase extraño que alguien debería explicar. O la más pura de las coincidencias acerca de un tema que tampoco era nuevo.
No, seguramente Tequila estaba filtrando cosas como ese "School Days" en el que Chuck Berry pone bonito al sistema educativo. Sí, esa es una explicación más plausible. En cualquier caso, un ladrillo más en el muro (jeje) que siempre ha representado la tensa relación entre el rock y las aulas.
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