Symphony or Damn (Terence Trent D'Arby, 1993)
NEO SOUL. Terence Trent D'Arby nunca fue de timideces ni de medias tintas. Por eso, después de intentar ese doble salto mortal que fue "Neither Fish nor Flesh" (1989) con el que se la pegó en todos los morros, hizo una vuelta al redil muy relativa y muy a su estilo. Si la dispersión estilística y la experimentación masiva del anterior no funcionó claramente, su destilación del soul de final de milenio con la que pretendía volver a conquistarnos no era todo lo pura que voceaba la promoción.
Y por suerte, podemos decir. "Symphony or Damn" puede ser muchas cosas, pero entre ellas no están el ser pacato ni tímido. En este disco, el neoyorquino da la razón a todos aquellos que lo veían como el nuevo Prince o la reencarnación viviente de Marvin Gaye, por mucho que su hora bien pasada de duración no ayude a suavizar el golpe. Y es que en realidad tampoco puedo decir que se pudiera haber hecho todo esto con menos minutaje. Aquí hay funk futurista, brisas neo soul, rock agreste, los Beatles más arreglados y toda una pléyade de detalles sónicos de difícil catalogación.
Sí, además de todas las etiquetas y herencias que se le quieran poner al diamante negro de Manhattan, también hay que ser muy cerril para no ver que aquí se empezaba a gestar el futuro del pop negro. De OutKast a D'Angelo, de Frank Ocean a The Black Eyed Peas, todos deben siquiera una micra de su existencia a Terence Trent D'Arby en general y a este disco en particular. Lo que no quita que tragárselo de una sentada no cueste su aquel. Satisfacciones no inmediatas. Dicen que son las mejores, sí, pero...
★★★☆☆
Xxx
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