jueves, 8 de abril de 2021

Uno entre un millón

No Other (Gene Clark, 1974) 


COUNTRY ROCK. "No Other" se abona perfectamente a la nómina de discos malditos que asolan el rock y sus alrededores. Un disco vilipendiado, casi diría que apedreado, desde el momento de su publicación y el auténtico responsable de que Clark ya nunca se recuperara ni artística ni emocionalmente. Para él siempre fue su obra maestra y su fracaso fue simplemente insoportable, ya que había puesto todo su corazón, su alma y su dinero en él.

Un dato que puede ser toda una sorpresa en nuestros días. Decir que el álbum ha mejorado su estatus es quedarse corto. "Una de las mejores obras jamás grabadas", he llegado a leer por ahí. Así se las gasta la crítica con la, hoy sí, obra cumbre de Gene Clark. No sé si será un poco exagerado o no, pero qué cojones, el disco lo merece. Eso y el amor que a día de hoy le profesan unos fans que en su momento tampoco entendieron de qué iba todo esto.

Será porque "No Other" es una obra avanzada en muchos aspectos. Porque trata a la canción de autor con un respeto religioso sin caer en lo panfletario ni en lo autoparódico. Porque es muy de verdad. Porque la melancolía que supura es de las que se te contagia sin remedio. Porque llega a los mismos rincones de nuestra alma que obras como "On the Beach" (Neil Young, 1974) o "Five Leaves Left" (Nick Drake, 1969), cargas de profundidad de emoción inmensa. Por muchos motivos, la mayoría, inexplicables.

Clark siempre manifestó que de alguna forma se le filtró la obsesión que tenía en la época por discos señeros como "Innervisions" (Stevie Wonder, 1973) o "Goats Head Soup" (The Rolling Stones, 1973), aunque se hace difícil detectar su influjo. Como siempre pasa, lo que para el autor es muy obvio, para el resto de la humanidad es todo un enigma. Podríamos pensar que se está riendo de nosotros, pero es cierto que hay más de estas obras de lo que parece. El soul está en la gravedad nada presuntuosa, sino más que humana y más que emocionante. Y el rock también saca la patita siquiera para teñir un poco el country elegante y sereno del que se vale el autor de "White Light" (1971).

Lo que sea para fabricar un disco tan incomprendido como fácil de apreciar. Esa es su trágica paradoja, que en los meandros de sus largas canciones es tan fácil perderse como grande es la tentación de no encontrarse jamás.

★★★★☆

A1 Life's Greatest Fool 4:44
A2 Silver Raven 4:53
A3 No Other 5:08
A4 Strength of Strings 6:30
B1 From a Silver Phial 3:40
B2 Some Misunderstanding 8:10
B3 The True One 4:57
B4 Lady of the North 6:04

Total: 44:06

 
 
La historia del rock está llena de discos maldecidos por el destino. Discos que han surgido en momentos turbulentos en la carrera del músico en cuestión y que han ejercido su pernicioso influjo de diferentes formas.
 
 
Discos con temáticas escabrosas y problemáticas como Berlin (Lou Reed, 1973) o Suite for Susan Moore and Damion: We Are - One, One All in One (Tim Hardin, 1969). Discos que costaron un pastizal que no acabó de revertirse en beneficios inmediatos como Loveless (My Bloody Valentine, 1991). Obras que por diversas razones tardaron en ver la luz o se defenestraron como The Basement Tapes (Bob Dylan, 1975) o Third/Sister Lovers (Big Star, 1978). Discos problemáticos que fueron un dolor de cabeza para casi todos los implicados y hoy en día son clásicos irrebatibles.

Este de Gene no es una excepción y está tocado por más de un aspecto de los descritos arriba. Solo el tiempo ha acabado por ponerlo en su sitio, pero a su autor, fallecido en 1991, o no acabó de enterarse de dichas loas o le llegaron tarde.

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