Cut the Crap (The Clash, 1985)
WTF? El caos en la banda al final de su carrera debía ser insoportable. Eso se desprende de su último disco. El punk inteligente se transforma en pub rock cervecero. Como vulgares hooligans, borrachos de éxito, Strummer y sus mercenarios se dedican a corear consignas sin ningún peso sobre unas bases electrónicas de videojuego que dan más pena que risa. Me los imagino en "La Guerra de las Galaxias" mientras los echan a patadas de la cantina de Mos Eisley donde toca esa banda multiplanetaria, diciendo "¡eh!, ¡que somos la 'única banda que importa'!".
Una debacle que empezó a fraguarse en 1983 con las tensiones que culminaron con la expulsión del grupo de Mick Jones y Topper Headon. A nadie se le escapa que el guitarrista y el batería habían sido clave en el desarrollo del sonido característico de la banda, además de que en el caso de Jones su contribución en la composición había sido capital. Por tanto, no se esperaban grandes cosas de los nuevos Clash surgidos tras el terremoto, pero también es cierto que ni el más pesimista podía vaticinar lo que se nos venía encima.
Con un Strummer en pugna constante por imponer sus ideas en el estudio de grabación y una banda de mercenarios desconocidos cuyo papel acabó minimizado por las mezclas y los arreglos electrónicos que el líder se empeñó en meter, la grabación fue todo lo dura e insatisfactoria que muestra el resultado final. Ni siquiera se respetó lo que tocó Simonon al bajo, cuyo papel en la mezcla final quedó reducido a sonar en algún que otro tema, no sabemos muy bien en cual/es.
Lo que salió, ya lo hemos descrito en cierta forma, fue un caos de disco. Una obra dominada por un sonido electrónico de baratillo que pretendía ser lo más moderno del momento y que suena en todo momento a broma pesada. Un disco sin profundidad, brújula ni sentido. La prueba máxima de que cuando te dicen que algo es malo suele ser aún peor. No me extraña que el mismo Strummer renegara de su retoño y que Simonon no lo considerara un disco del grupo. Creo que el aviso, por tanto, sobra, pero por si acaso, no se apuren tanto. Al fin y al cabo, estos no son los Clash. Afortunadamente.
★☆☆☆☆
Lo que más me jode del disco es que de haber estado mejor trabajado no estaríamos hablando de la mierda que acabó siendo. Las melodías, en bastantes casos, son decentes y hasta resultonas. Hasta que nos damos de bruces con el sonidito ratonero de videojuego o con la batería sintetizada de lata que lo acaba destrozando todo. Ese es el problema del disco. El estar grabado y mezclado por alguien muy alejado de la realidad. Más centrado en todo el ruido mediático y en demostrar que no necesitaba de ciertos compañeros que en crear una obra creíble y atemporal. Tampoco es que hubiera sido la repera en cualquier caso, pero Cut the Crap podía al menos haber sido una despedida decente.
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