sábado, 19 de marzo de 2022

¡Que reviente occidente!

Predación (Pablo und Destruktion, 2017)

 

CANCIÓN EXPLOSIVA. Llega el cuarto, un momento clave para la carrera de cualquier artista. El punto de no retorno en el que los valientes de verdad demuestran su valía. Pablo García Díaz lo envuelve con gusto y la fuerza del Éxtasis de Santa Teresa, una maravilla que preludia a la perfección lo que nos espera.

Porque Predación empieza sin mojigaterías, cantándole al amor con toda una adaptación de la primera carta de los Corintios. A un amor que también hiere en lo más hondo. Por eso, poco a poco, sin avisar, todo este ambiente sacro va mutando hacia lo marcial y lo abisal. Sí, en realidad el cantautor no puede resistirse y acaba entregado al arrebato de la violencia.

Con los ingredientes de costumbre, pero un sonido gigantesco propio de la experiencia, nos endosa sus obsesiones, ese tono a canción popular, esos rastros a música enorme, como de coro ruso, y unas palabras que hablan de amor pero sin acabar de ensalzarlo. Todo esto se aparea con su filiación política y su compromiso social. Puede que la poesía maldita del asturiano no deje las cosas masticadas. Al contrario, estas canciones hay que trabajárselas en la boca, en el corazón y en las entrañas. Un trabajo duro que no es para todo el mundo. Una oda al histrionismo que deja un rastro de napalm, pólvora y tierra quemada.

★★★★☆

A1 Preludio Corintio 1:21
A2 Puro y ligero 6:07
A3 Un salario social 4:44
A4 El enemigo está dentro 2:40
A5 Amor 4:27
B1 A la mar fui por naranjas 5:25
B2 El mejor traje de seda 4:25
B3 Conquistarías Europa 4:06
B4 Herejes 4:04
Total: 37:19

Dios, o su ausencia, está muy presente en un disco envuelto en ropajes sacros y profanos, construido sobre los extremos que acaban moviendo el mundo. "Si Dios existe, todo está permitido" nos suelta en un canto al carpe diem y a no dejarnos llevar por ese odio que explota en la cara de los inocentes.

Un odio que vertebra buena parte del discurso de Pablo García aquí. Ya sea para denunciarlo o simplemente para dejar constancia de su presencia viral y creciente en una sociedad podrida, el asturiano parece cantarle al cristianismo y a la jihad, a los recortes y a una violencia social que ya es parte inextricable de nuestro día a día. Y por los siglos de los siglos.

Puede que este no sea el disco más optimista del mundo, pero claro, eso es lo que pasa cuando vistes tu discurso con los ropajes negros de la realidad. "¡Que reviente occidente! ¡larga es la espada del sur!". No parece que haya muchas salidas en este callejón en el que nos adentramos.

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