Animalitos (Hidrogenesse, 2007)
POP ZOOLÓGICO. A ver quién es el guapo que lo niega. Que Hidrogenesse es un grupo especial, único más bien, dentro de nuestro panorama es algo tan innegable como que lo suyo no es para todo el mundo. Con Animalitos alcanzaron un nivel de respeto inédito en su carrera. Para muchos su obra maestra, este disco fue el trampolín para poder embarcarse en obras conceptuales mucho más ambiciosas sin abandonar la zona de confort del pop independiente más personal e intransferible.
El segundo álbum del dúo es lo que anuncia el título: tecnopop saltarín plagado de criaturitas salvajes que van de lo adorable a lo perverso sin advertencia previa. Lo mejor del disco son sus letras, ingeniosas hasta decir basta, sugerentes y con un humor entre lo tierno y lo salvaje. Lo que no quita que, perdonen el retruécano, lo peor del disco también sean sus letras, por su métrica caprichosa, sus encajes forzados a veces y por no dejar claro si esconden algo suculento o simplemente son tonterías sin mayor pretensión.
A mí me queda claro que lo de Hidrogenesse es especial y valioso. No solo porque me lo hayan demostrado en obras posteriores, sino porque queda patente en un estilo en el que te vocean que les importa bien poco lo que puedan pensar de ellos. Eso se lo concedo desde la perspectiva, eso sí, de alguien que no está entre el público potencial de estos dos. Me cuesta horrores disfrutar de esto a tumba abierta. A pesar de todo lo que he dicho antes, de unas bases que por momentos rozan el sobresaliente y de unas "El árbol" o "Disfraz de tigre", que hacen algo más que rozar lo maravilloso. Dos de los motivos más destacados a la hora de repetir con un disco de esos que me atraen y me asustan. Pero más lo primero, que quede claro.
★★★☆☆
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