POP ROCK. Se supone que The Stills hacen post-punk, pero con este debut no me queda nada claro. Que sus emanaciones de dream pop sobrevuelen sobre bajos más o menos gruesos no me parece suficiente como para tapar el engolamiento y ese apasionamiento excesivo que transmite Tim Fletcher con su melodiosa y algo más que un pelín de azucarada voz.
Colocar esto en el mismo estante de Joy Division o Gang of Four me parece inimaginable. Pero es que tampoco veo que compartan apenas nada con Franz Ferdinand o siquiera Arctic Monkeys, lo que ya sí que es preocupante. Por mucho que se les escapen algunos chorros de noise expansivo, la producción nos sacude en plenos morros, y a mí esto me suena más a The Killers o incluso a Maroon 5 que a lo que me cuentan por ahí.
No es por dármelas de sabelotodo, pero es que no me entran ni a la de tres. Incluso cuando se fijan en The Cure, por poner un ejemplo, con los arreglos de guitarra de "Changes Are No Good", se centran en la última época del grupo en lugar de tratar de fusilar sus momentos más clásicos. Así de desorientados veo a unos The Stills que tampoco puedo decir que no sepan lo que hacen. Eso sería muy injusto hacia una banda que suena muy bien y que demuestra un claro gusto melódico. Cosas que por sí mismas no me parecen suficientes, eso sí, para armar una obra convincente y alejada de las imposturas o el ejercicio de estilo. Para eso hacen falta otras cosas, personalidad a la cabeza. Bueno, y dejarse de ampulosidades y melodramas que no llevan a ningún sitio a no ser que suenen vividos y se presenten bien estructurados.
★★☆☆☆
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