
Vol. 1º (Fabrizio De André, 1967)
CANCIÓN DE AUTOR. Después de partir peras con su compañía primeriza, con la que había grabado dieciocho canciones, De André se estrenó con el que él siempre ha considerado su primer LP. Antes de este había publicado una colección de diez de esos singles tempranos en un Tutto Fabrizio De André (1966) que no debió de satisfacerle, de ahí que titulara a este disco ungiéndolo como su auténtico estreno en largo dentro del mundo discográfico. La prueba de este desagrado también puede verse en el hecho de que acabara incluyendo o regrabando todas las piezas incluidas en ese recopilatorio en discos sucesivos.
En cualquier caso, aun reconociendo que Fabrizio ya llevaba un tiempo escribiendo canciones maravillosas, parece claro que aquí comienza el auténtico camino de un cantautor incomparable. Con una "Preghiera in gennaio" que ya anunciaba lo que iba a hacer Leonard Cohen en unos meses. Lo que no significa que este disco tenga un sonido que se salga de lo mediterráneo y de las brisas potentes insufladas por una chanson que, Brassens a la cabeza, siempre ha sido clave para describir a qué suena la música del genovés. Sobre todo en estos comienzos.
Comienzos que estaban todavía exentos de lo conceptual, idea que sacaría el cantautor al descubrir ese Days of Future Passed (The Moody Blues, 1967) que le abriría un nuevo mundo de posibilidades a partir del siguiente álbum. Algo que parece incidir en la falta de cohesión de una obra, esta, que suena algo dispersa y como hecha a retales. Algo que debe sucederme por compararla con sus grandes discos narrativos, pero que nunca ha sido un problema para mí y que, aunque aquí noto algo más acentuado que de costumbre, no consigue empañar el brillo de un conjunto de canciones tan poderoso y brillante que no parece propio de un debutante. Porque en realidad no lo era, claro.
★★★★☆
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