domingo, 20 de junio de 2010

tótem #36: en el jardín del sueño


Títulos: Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas / A través del espejo y lo que Alicia encontró allí
Autor: Lewis Carroll
Años: 1865 / 1871
Editorial (del original): Macmillan

¿Qué tendrán los dos cuentos principales sobre Alicia que Lewis Carroll creara en el siglo XIX y que siguen maravillando a grandes y pequeños tanto tiempo después?

No es una pregunta que tenga una respuesta fácil, ni inmediata, ni a la que se pueda hacer justicia en cuatro líneas. Por eso no voy a intentar responderla.

Estas dos obras están entre mis libros favoritos de siempre. De esos que no importa leer y releer una y otra vez. Quizá sea que en cada reencuentro descubro cosas nuevas que me maravillan. Quizá sea que en medio del caos y de la locura que supone el País de las Maravillas me encuentro como en casa. O tal vez el juego de ajedrez que vertebra A través del espejo me fascine por sus connotaciones lógicas, de enfrentamiento de opuestos, de reflejo genial del reverso oscuro y atrayente de lo que habita al otro lado de un espejo. Todos de pequeños hemos soñado con atravesarlo y poder "visitar" la habitación que se refleja. Esa que es igual que la nuestra pero a la vez totalmente distinta.

Se trata de obras exuberantes en simbolismo que trascienden el mundo infantil para erigirse en cimas literarias adultas. La primera es más visceral y libre. La segunda, mucho más meditada y calculada y por tanto menos impactante. En realidad se complementan de maravilla y nos muestran un mundo soñado que puede tener tintes de pesadilla o puede ser el reflejo obtuso y deformado del nuestro. Así podemos ver cosas que de otra forma serían invisibles. Y además del anhelo inherente, del miedo a crecer, de la crítica a lo absurdo del sistema judicial/político/adulto, los libros se muestran como obras maestras de la lógica. Una lógica loca que descabeza el lenguaje para jugar con él y que hace añicos las convenciones mostrándolas en toda su crudeza. Y eso que Lewis Carroll podría definirse como un conservador. Bueno, conservador y un poco guarrete si atendemos a sus filias hacia los más pequeños. Nada malo si admitimos y respetamos que estas obras salieron del amor sincero y, para el autor, nada perverso hacia una niña pequeña que fue capaz de hacerle conjurar estas obras (sobre todo la primera) como un regalo precioso. Para ella y la humanidad.

Curiosidades

- Es bien sabido que Alicia en el País de las Maravillas surgió a partir del cuento que el autor contó a tres niñas en un paseo en barca. Fue un 4 de julio de 1862 y una de ellas era Alicia Liddell, de diez años, que fue la inspiradora para el personaje y la que quedó más encantada con la historia, ya que pidió a Carroll que la escribiera. A partir de esta "Tarde Dorada", como el autor llama a la tarde del paseo en barca, el escritor escribió el germen de su obra en un manuscrito que se llamaría Las aventuras subterráneas de Alicia. Esta fue la base para la publicación en 1865 de la obra tal y como la conocemos hoy.

- El autor siguió con su relación con Alicia Liddell hasta que los padres de esta le prohibieron que la viera. No se sabe el motivo con exactitud pero, según los estudiosos en el tema, puede que Carroll pidiera un matrimonio futuro a los padres o insinuara su amor de alguna forma. La cuestión es que la figura de la niña siguió obsesionando a Carroll, de ahí que volviera a protagonizar la continuación, A través del espejo, séis años después, cuando la auténtica Alicia se acercaba a la veintena habiendo abandonado la infancia tiempo atrás y quedando reducida para Carroll en tan solo un recuerdo de lo que fue.

- Para ahondar en los misterios filosóficos y matemáticos de estas obras hay multitud de páginas. Y para empezar, en este caso, se antoja necesaria la wikipedia (en inglés).

- Las obras fueron todo un éxito en la época. Hasta tal punto que la primera versión cinematográfica del primer cuento de Alicia data de... ¡¡¡1903!!! Después se han hecho infinidad de adaptaciones al teatro y al cine. Con actores de carne y hueso y dibujos animados, combinando los dos cuentos, musicales... La iconografía y muchas de las frases de estos libros desafían la eternidad. El conejo blanco, Humpty Dumpty, Tararí y Tarará, la Reina Roja, el gato de Cheshire, la Liebre de Marzo, el sombrerero loco, la Reina de corazones, el juego de croquet o los naipes son creaciones inmortales por derecho propio. Su atractivo no mengua sino que crece con los años y las generaciones.

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