lunes, 11 de octubre de 2010

God rock, elvis & america, épica sin fin


Hablar de U2 a día de hoy es un asunto complicado y defenderlos algo nada prestigioso. Se lo han ganado a pulso pero eso no debería hacernos olvidar sus logros primigenios, cuando eran un grupo de rock algo más religioso de la cuenta y con alguna que otra ínfula de grandeza pero con una base rítmica tremenda y una guitarra de chispazo y tentetieso. Incluso Bono era defendible como un vocalista efectivo, algo comprometido y con tendencia a la épica pero que de alguna manera sabía estar en su sitio.

U2 podrá ser culpado de muchas cosas pero nadie podrá decir que no se ha currado el éxito que ha cosechado. Al echar la vista atrás resulta extraño relacionar el grupo por el que hay que pagar sumas abusivas para verlos tocar y aquellos muchachos imberbes de la Irlanda profunda que empezaron con una inocencia casi dolorosa. Y no se ha tratado solo de un tema de promoción efectiva. No señores, el grupo cuenta con un cancionero envidiable al menos hasta 1993 y ha dado algún que otro zarpazo notable desde entonces. El descalabro artístico al que se han abonado en los últimos años no les quita lo bailado. Sí, sopesando todos sus logros y sus demonios, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que estos mensajeros de Dios merecen ser llamados gigantes de la música. Su relevancia a día de hoy es más que discutible pero sus hallazgos, sobre todo, y no me canso de repetirlo con la guitarra imaginativa de The Edge, son abundantes y es delicioso rememorarlos de cuando en cuando. 

Su discografía se puede dividir casi por trilogías. No pondré los títulos pero a su primera etapa claramente influenciada por la reverencia al Altísimo le siguió su primera época megalomaníaca en la que recogieron los frutos de la invasión norteamericana. Prosiguieron con su "experimentación" con sonidos más bailables-electrónicos-indies de los noventa y de ahí pasaron a un sinsentido de continuas "vueltas-a-los-orígenes" que tenían más de intención que de resultados. Repasemos algunos de sus mejores momentos...

3 BÁSICOS

Boy ***1/2 (80)

Podía haber elegido Zooropa (93), The Unforgettable Fire (84) o War (83), pero me quedo con esta isla en su discografía, un dechado de inocencia, falta de prejuicios y de posteriores poses. Rock directo con algún toquecito new wave y con estribillos enérgicos y pegajosos. El secreto del grupo se esconde desde ya en la guitarra de The Edge, chispas y corazón en conexión directa con Television e incluso algo de Hendrix. Concepto desde el blanco de esa portada virginal y nada irónica (algo que se les achacará siempre)

Una copla: "Twilight"

The Joshua Tree ***1/2 (87)

La maquinaria mediática que elevó a este disco a las alturas hace difícil separarlo tanto tiempo después de toda esa mugre para poder ver su auténtico valor. Sonido de clara raíz norteamericana, una terna inicial acojonante (los tres primeros singles) y unos escuderos de lujo ("Bullet the Blue Sky", "In God's Country", "One Tree Hill", "Exit"), conforman un discazo de género, portada mítica, millonario en ventas y en definitiva el gran asalto al estrellato de U2. Aún así, parece claro que el disco merece (casi) todas las loas a pesar de esos raticos algo pasados de vueltas donde la hinchazón empieza a escocer a las gentes sencillas. Melodrama y dólares. A mansalva.

Una copla: "With or Without You"

Achtung Baby **** (91)

Mirándose claramente en hallazgos como el Pills 'n' Thrills and Bellyaches (90) con el que los Happy Mondays habían reventado la escena de la música de baile a través del rock, U2 se acercan a los sonidos electrónicos o más bien a las guitarras saturadas y las voces tratadas electrónicamente para entregar lo más cercano a una obra maestra de lo que han sido capaces. Este disco apabulla por su sonido agresivo y venenoso mezclado con un pop envolvente, y por unas letras que, al menos, están por encima de la media del grupo. Intentaron criticar la megalomanía y los excesos de los mass media. Y lo hicieron siendo los más megalomaníacos con ese personaje de The Fly que se inventó Bono y esos directos tan grandiosos como vacíos. Aún así, el disco fue un puñetazo en la mesa y la puerta a otras cosas no siempre igual de apetitosas.

Una copla: "One"

Su mejor canción

El mundo es de los valientes y ya sé que es arriesgado decir algo como que la mejor canción de U2 no es "One", ni "With or Without You", ni "Where the Streets Have No Name", ni "Pride (In the Name of Love)". Pues para mí es una canción como "Acrobat" del enorme Achtung Baby. Por su tensión, por su solo enmarañado de electricidad, por el ruido que la recorre de cabo a rabo, por ser una pieza diferente en medio del catálogo de los irlandeses, y sobre todo, porque me sigue emocionando (casi) como el primer día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario