martes, 26 de octubre de 2010

I believe in love

What's Going On
 

 

SOUL HUMANISTA.

"To THE garden, the world, anew ascending,
Potent mates, daughters, sons, preluding,
The love, the life of their bodies, meaning and being,
Curious, here behold my resurrection, after slumber;
The revolving cycles, in their wide sweep, having
brought me again,
Amorous, mature—all beautiful to me—all wondrous;
My limbs, and the quivering fire that ever plays through
them, for reasons, most wondrous;
Existing, I peer and penetrate still,
Content with the present—content with the past,
By my side, or back of me, Eve following,
Or in front, and I following her just the same."


(Walt Whitman, "To the Garden, The World")

Escribir sobre What's Going On es hacerlo sobre una de las maravillas del siglo XX. Un disco surgido de la mente y el alma de uno de los artistas más definitivos que haya habido. Se suele cometer el error de aprisionar a Gaye en el redil respetable pero pequeño de esos intérpretes negros, esos soulmen que, aunque destacados, no pueden competir con "auténticos" songwriters blancos como Dylan, Cohen, Waits, etc. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una de tantas injusticias sufridas por su raza. Un ninguneo que hace daño. Sobre todo cuando comprobamos que Marvin, como mínimo, coescribió todos los temas de este álbum (alguno hay enteramente suyo) y lo produjo. Una tónica que se repetiría de manera más o menos constante a lo largo de su carrera.

Este disco superlativo surgió en un momento convulso. Los primeros setenta, con los conflictos bélicos que surgían en diversas partes del mundo como tumores, no eran el mejor momento para que el público diera su beneplácito a un disco tan espiritual como este. Y sin embargo lo hizo. Resulta que Gaye sabía lo que hacía falta en ese momento, al menos lo que a él le hacía falta, y lo soltó en este poema continuo (las canciones se enlazan sin interrupciones) en el que reverencia el amor, la infancia, al Altísimo, y en definitiva, al género humano. Sin ironías. De manera directa y avasalladora. Por eso la gente abrazó esa energía curativa como si de maná se tratara.

De todas formas, como suele suceder con obras tan completas, no se trataba solo de una cuestión de palabras. Sería muy injusto no mencionar el trabajo del arreglista David Van De Pitte que desarrolla unas orquestaciones como no se han oído en ninguna otra obra. Eso unido al trabajo vocal de Gaye, que está entre las mejores interpretaciones de la historia, contribuye a la creación de un MITO por derecho propio. El sonido de este disco es tan único que dan ganas de llorar de alegría al escucharlo. El cantante dobló su voz en multitud de pistas de tal forma que, en clara alianza con la orquesta, llena la habitación con su mensaje, esas palabras que no son ni ñoñas ni ingenuas. Simplemente son VERDAD. Tienen la pureza de un poema de Whitman y la luz de un millón de amaneceres. Y así se convence hasta al más descreído de tal forma que solo se puede SENTIR como en un éxtasis ilimitado para volver a creer en la raza humana.

 

A1 What's Going On 3:51
A2 What's Happening Brother 2:57
A3 Flyin' High (In the Friendly Sky) 3:40
A4 Save the Children 3:04
A5 God Is Love 1:44
A6 Mercy Mercy Me (The Ecology) 3:05
B1 Right On 7:20
B2 Wholy Holy 3:20
B3 Inner City Blues (Make Me Wanna Holler) 5:16
Total: 34:17

El primer álbum producido enteramente por Gaye es uno de esos discos conceptuales que dan rigor y enjundia al subgénero en lugar de vilipendiarlo. Cuenta lo que ve un veterano de Vietnam a la vuelta a casa. Todo ese doloroso sufrimiento, esa injusticia, ese odio que habita en la sociedad por la que ha luchado.


El álbum tardó en ser publicado. Parece ser que el magnate de Motown, Berry Gordy, no veía factible la edición de un disco tan político y poco comercial. Finalmente, y gracias a Dios, cedió, ya que Marvin no estaba dispuesto a hacer ni una sola concesión. El disco era como era y saldría como tal o no lo haría.

El recibimiento y la aclamación del disco fue inmediata por parte de público y crítica y no hay lista actual de "lo mejor de..." que no lo incluya en los puestos más altos. Parece ser que el enlace entre canciones que tanto preocupaba a Gordy por ser poco radiable no solo no fue un problema sino un sello de identidad que influyó en numerosos artistas desde entonces.

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