GROOVE METAL. El segundo disco de Pantera con la formación que los haría grandes hace honor a su título y es una burda demostración de fuerza en toda regla. Entendamos por burda, eso sí, simple, adusta y apabullante, y nos situaremos en frente de un disco excelente. Excelente desde su mismo sonido, que es el mismo puñetazo brutal que aparece en la portada.
La obra más importante de este grupo golpea y no se esconde, en un continuo desfile de guitarras que son relinchos de caballos desbocados y en una base rítmica que es una apisonadora. Gran trabajo también del vocalista Phil Anselmo, que es capaz de destrozarte con su estilo hablado aunque no rapeado. Sin duda este fue el momento que sellaría su estilo, el cual desarrollarían con mayor o menor fortuna a lo largo de su carrera.
Después lo intentaron con vehemencia, pero hay que reconocer que no han podido igualar la energía a chorro que escupieron aquí. Sobre todo, que no se me olvide, por el trabajo superlativo del malogrado Dimebag Darrell, un guitarrista criminalmente infravalorado. Él solo se basta y se sobra para que alguien no muy adepto al heavy pueda disfrutar e incluso reverenciar este tratado de violencia gratuita, diatribas de enaltecimiento del ego, elegías por amigos perdidos, amor turbio y algo de parafernalia infernal. Los anglosajones dirían "overwhelming!!!" y yo lo voy a llamar ¡¡¡MAZAZO!!!
★★★★☆
Y eso no quita que la potencia y la ira de ambas obras me lleven a relacionarlas. Eso y sus portadas. Retratos cruentos de la violencia más brutal y explícita. Puñetazos los dos que nos anuncian a las claras y sin medias tintas lo que nos vamos a encontrar dentro. Hermanos en coherencia y actitud.
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