martes, 15 de febrero de 2011

De cabeza al vacío

No New York (Brian Eno / VV.AA., 1978)
NO WAVE

1. Dish It Out - Contortions
2. Flip Your Face - Contortions
3. Jaded - Contortions
4. I Can't Stand Myself - Contortions
5. Burning Rubber - Teenage Jesus & The Jerks
6. Closet - Teenage Jesus & The Jerks
7. Red Alert - Teenage Jesus & The Jerks
8. I Woke Up Dreaming - Teenage Jesus & The Jerks
9. Helen Forsdale - Mars
10. Hairwaves - Mars
11. Tunnel - Mars
12. Puerto Rican Ghost - Mars
13. Egomaniacs Kiss - DNA
14. Lionel - DNA
15. Not Moving - DNA
16. Size - DNA


La no wave fue un movimiento tan breve como intenso, una suerte de ave fénix devorada en su propio fuego que no podía resurgir de sus cenizas. Así era de virulenta la conflagración que invocaban este puñado de bandas que han sido auténticos padres para el rock de vanguardia y el noise que reventaría en los 80 con bandas como, sí lo voy a decir, Sonic Youth. Este recopilatorio seminal marcó una época. De eso hay poca duda. Las mismas que tuvo un Brian Eno en estado de gracia para fijarse en estas cuatro bandas. Los terroristas sonoros que las forman se cuentan entre lo más granado de la escoria que poblaba los clubs neoyorquinos a finales de los 70.


Y a pesar de estar frente a un disco que documenta la partida de nacimiento y el acta de defunción de un género, tampoco se puede decir que las bandas tengan más en común que ese acercamiento entre inocente, desprejuiciado y amateur a una música extrema por actitud y ganas de que sea así. Aquí hay poco o nada que entender o digerir. No está pensado para eso. Esto puede verse como un vómito expresivo o como un alarido catártico. Un festín de ruido y rítmica primitiva, de saxos enfurecidos y guitarras guillotinadas o apuñaladas en medio del grito. Un disco extremo. Deliciosamente extremo.

 

 




Abren fuego los Contortions con James Chance al mando. Su saxo y sus gritos aventan una suerte de jazz-funk sanguinario con cima en la repetición de perlas como "Dish It Out" o esa versión imposible del "I Can't Stand Myself" de James Brown. Les siguen esos Teenage Jesus & the Jerks que arrastran la poesía suicida de su sacerdotisa, Lydia Lunch, por el barro eléctrico. La métrica angulosa de estos enlaza a la perfección con los siempre interesantes Mars. Aquí es donde Sonic Youth pueden haber picoteado más. "Helen Forsdale" ya muestra uno de esos riffs fantasmales que tanto explorarían los de Thurston Moore. 

 

Y para acabar, el que puede ser el grupo más original del lote. Los DNA de Arto Lindsay. Poco se puede rastrear de la postrera afición por la música brasileña del guitarrista de Virginia. Aquí, este mago de las seis cuerdas se entrega a la pasión del rock extremo con una banda formada por guitarra, teclado y batería. Quizás estemos ante lo más interesante de un lote que brilla por una intensidad y una entrega agónicas. Muy pocas veces nos encontramos con una demostración tan sincera y tan avasalladora. Muy pocas veces podemos usar con tanta enjundia una palabra que esta vez puede caer con todo su peso sin miedo a exagerar. Brutal.

Curiosidades

- Brian Eno fue el agitador que impulsó el proyecto al producir a unas bandas que le habían impresionado tras presenciar sus "habilidades" en el festival New York, New York celebrado en dicha urbe.

- Curiosamente (o no) los grupos participantes no tuvieron una carrera larga. Publicaron muy poco, limitándose en muchos casos a un puñado de singles o EPs. Actualmente se están editando recopilatorios con "las obras completas de...". En el caso de Teenage Jesus & the Jerks su "integral" se extiende hasta la friolera de... 18 minutos. Escaso, breve, salvaje y atonal. ¿Se puede pedir más? Y todavía hay gente que se atreve a llamar malditos a cualquiera.

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