domingo, 19 de junio de 2011

momentazo #49: predicando en el desierto


El templo estaba preparado. La Plaza de la Corredera en Córdoba se convertía en el solar engalanado que albergaba un extraño altar de vidrieras psicodélicas y velas. El entorno era prometedor. Los resultados... ESTRATOSFÉRICOS. Con puntualidad inglesa, el maestro de ceremonias presenta al grupo. Lo hace con la adoración y el respeto que merecen y de paso arranca los primeros vítores sentidos del público. Efectivamente LOS EVANGELISTAS son el proyecto de dos grupos que están "fuera de toda sospecha" y lo que vienen a ofrecer es flamenco, "más flamenco que cualquier otra cosa", por duende, por entrega y por emoción. "Aunque no todo el mundo lo entienda", que no lo entendió.

Tras esto, la entrada apoteósica de Florent (Los Planetas), Antonio Arias (Lagartija Nick), Eric Jiménez (Los Planetas / Lagartija Nick) y J (Los Planetas). Se les espera desde hace tiempo, no cabe duda, aunque muchos de los asistentes acudían como turistas curiosos sin saber muy bien qué esperar. No sé qué pensaron ante el alud sónico que desplegaron en el escenario. Oleadas de feedback y pop que tira para el punk que se mezclaban con patrones, métricas y melodías flamencas. De una manera vertiginosa y con la batería atronando como poseída. Estoy seguro de que todo el público quedó impactado (de una u otra forma) y, aunque a veces era misión imposible reconocer la canción del maestro Morente (que de eso se trataba) que habían adaptado a tal barbarie, a mí me pareció que el espíritu del maestro estuvo sobrevolando todo ese maremágnum. Porque lo que hicieron estos granadinos representa lo que es para mí el respeto. El trasladar a tu terreno una música ancestral de un cantaor al que todavía no se le ha hecho justicia. Con pasión y sin poses. Con la convicción del que sabe tener la razón pero sin pretender engañar con lo que no se es. No pretendo convencer a nadie, pero lo que presenciamos la noche del 18 al 19 de junio de 2011 tiene tintes de grandeza. Está claro que J y los suyos están en un estado de gracia muy especial. Como se oía entre el público, "¡¡¡grabadlo en disco, por favor!!!".

Vuelvo a las palabras sabias del maestro de ceremonias. Hay que tener valor para programar cosas como estas en un festival flamenco. Aún hoy día, que creíamos que estas cosas estaban superadas. Y sí, la noche blanca del flamenco cordobesa se puede apuntar un tanto muy grande. Porque se ha atrevido, y por ello parece más cierto eso de que "aquí no se programa flamenquito". Para eso váyanse a otro sitio.

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