Sólo hay tres temas escritos por Rod y son la genial "Gasoline Alley" a medias con Ronnie Wood, la curiosa y delicada "Lady Day" y el aire folk "Jo's Lament". El resto es un viaje por el rock, el country e incluso el funk de toda la vida a través de partituras de Bobby Womack, Elton John o Bob Dylan, entre otros. Un lujo de disco que da prestigio a la grandeza de la interpretación. Esta, cuando se hace así de bien, pone en entredicho la necesidad de ciertas creaciones que no por originales son necesarias para el resto de la humanidad.
Puede que parezca que tampoco hay tanta diferencia con lo que Rod hacía con los Faces. Es natural cuando se las apaña para que sus compañeros le echen más de una mano. Destacaría la aportación del finísimo Ronnie Wood que siempre da en el clavo con su toque preciso, gustoso y exquisito. Todo un lujazo que aporta profesionalidad a un disco clásico que es plato obligado para todo buen degustador del mejor rock & roll de raíz. Magnífico.
★★★☆☆
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