R&B DE SATÉN. En 2002, casi 20 años después de su estreno, Sade Adu saca su primer disco en directo, resumen y celebración de su escueta discografía, cinco discos de estudio hasta ese momento.
Sade se deja querer con una zambullida en la masa enfervorizada. Eso es lo que más me llama la atención del disco, el público ha quedado inmortalizado como una legión de fanáticos de la anglo-nigeriana. Es quizás lo más notable de un disco elegante como la seda, con toneladas de clase, pero también aséptico y totalmente inocuo. No deja de ser lo que esperaba, bajos gordos y perfectos, todo en su sitio, la mejor decoración para las canciones satinadas de la cantante.
Y tanta perfección me parece cargante. Es lo que siempre había definido a esta artista. Salidas de tiesto, ni una, la voz, delicada, sugerente, perfecta, sin aspavientos ni alardes innecesarios. Producto directo de su amor por Astrud Gilberto o la Simone. Los arreglos, ajustados, precisos, equilibrados. Un disco que funciona como recopilatorio y es una magnífica aproximación a la música de Sade, la reina del R&B mainstream de la segunda mitad de los 80. ¡Qué delicia! ¡y qué aburrimiento!
★★★☆☆
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