No he olvidado cómo jugar embarrado / Fiesta del diablo y el cerdo (Mar Otra Vez, 1985) [MINI-LP]
POST-PUNK SANGUINOLENTO. Mar Otra Vez fue mucho más que el grupo donde empezó a foguearse todo un Javier Corcobado. Fue un punto y aparte en el panorama ochentero de este país. Y lo más representativo, lo más grande que hicieron, está concentrado en este minielepé, como un perfume indeleble y abyecto.
Estas canciones están condenadas a sobrevivir como zombies, quieran o no, moviéndose a espasmos en busca de alimento. Se nutren de las viandas más innobles y más poderosas: esa poesía maldita y sangrienta de Corcobado, una putrefacción y una carne floreciente y borboteante espoleada por la arritmia de los latidos disfuncionales del postpunk. Un postpunk que lo tiene todo de post- y muy poco de -punk, si acaso la actitud libre y absolutamente desprejuiciada.
Ya han pasado muchos años, pero estas canciones siguen sacudiéndome. Cosas como "Jonás", "Canción pequeña II" o "He" siguen pareciéndome tan imposibles, tan irreales y tan maravillosas como cuando fueron paridas. Seguro que con dolor, porque eso es lo que transmiten sus letras llenas de vísceras, canibalismo y detonaciones. Son los tres puntos destacados, no los únicos, los pináculos, quizás, que explican la perdurabilidad de una obra de arte que es nuestro "Trout Mask Replica" (Captain Beefheart, 1969) y nuestro "No New York" (VV.AA., 1978)
Un disco que es arte por encima de cualquier otra consideración, incluyendo el placer. No estaba este grupo por esa labor. Apostaron por lo extremo con una coherencia por encima de florituras y por eso, por su dureza, por su ignominia y por su autenticidad de hueso, apreciamos de inmediato su importancia y su enorme estatura. La de un clásico al que tal calificativo le viene pequeño. Una palabra que siempre se queda detrás de un disco en movimiento perpetuo.
★★★★☆
Total: 26 min.
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