SOFT ROCK. "Brothers in Arms" es una monstruosidad casi imposible de tasar tantos años después. Uno de los discos más vendidos de la historia debería poder defenderse por sí solo. Lo cierto es que no veo claro que pueda hacerlo. Y es que el tiempo ha dictado sentencia y ha dañado bastante el aura de perfección que siempre ha acompañado a esta obra.
Aunque me apedreen, debo admitir que siempre me pareció muy desequilibrado. La calidad gruesa, contundente, intachable de su cara A siempre me ha parecido que dejaba a la otra en una simple baratija. La clase de "So Far Away", el riff monstruoso y eterno de "Money for Nothing", el salero de "Walk of Life", la nocturnidad sin alevosía pero de alguna forma sugerente de "Your Latest Trick", y el coqueteo con el pasteleo bastante bien resuelto de "Why Worry", se mean sin compasión en casi todo lo que sigue.
"Ride Across the River" es casi new age, con todo lo que ello conlleva, "The Man's Too Strong" es burda y forzada, "One World" es algo mejor y da unas esperanzas que se materializan, por suerte, en el folk made in Britain de la elegíaca y enorme canción titular. Gigantesca en todos los sentidos.
No voy a innovar, "Brothers in Arms" es el disco más importante de Dire Straits. El que acabó de convertirlos en el gigante de estadios que siempre habían soñado. El que todo el mundo conoce y casi todos atesoran. La puerta de entrada que cualquiera recomendaría a un neófito en el grupo. Todo eso lo tiene merecido, por mucho que pesen su irregularidad, su anemia y esa portada que no sé qué coño significa. A veces creo que me gusta un pelín más "On Every Street" (1991), aunque este se deja disfrutar a su modo. En esos instantes desprejuiciados en los que me pilla con la guardia baja.
★★★☆☆
Total: 55 min.
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