En cierta forma, porque además de unos ecos claros que nos remiten a lo que hacían en sus dos obras fundacionales, podemos encontrarnos aquí experimentos más arriesgados que pueden acabar con la paciencia de más de uno. El ruido y la reiteración alcanzan niveles muy tozudos, pero no es esto lo que molesta más. Personalmente echo más en falta la ausencia de asideros a los que agarrarme. La obra de estos norteamericanos nunca ha sido fácil, es cierto, pero siempre contaba con ganchos suficientes para mantener nuestra atención. Aquí eso escasea más de la cuenta y hay demasiada entropía por todos lados.
Por otra parte también resulta tan intrigante como aterradora la versión de "John Hardy" que se marcan y su insistencia con sus devaneos folk. No olvidemos que esto se grabó en su momento como la continuación a sus dos magníficas primeras obras. Por tanto, toda esta maleza rural nos hace preguntarnos hacia dónde hubieran ido los tiros de su evolución. Una pregunta interesante que no tiene respuesta, por más vueltas que le demos a un disco ideal para investigadores interesados en los orígenes de la música electrónica y otros ritmos obsesivos del pop y el rock. No recomendaría esto al oyente casual.
★★★☆☆
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