NOUVELLE CHANSON. En un nuevo giro, el gran A se desmarca para ejecutar un disco en las antípodas de lo que venía haciendo. Esta vez hace una vuelta a los orígenes y trata de emular las sensaciones y el modus operandi de sus primeros álbumes, "La fossette" (1992) a la cabeza. Para ello graba en casa, en reclusión consigo mismo y con un 32 pistas, una obra llamada a yacer entre sus grandes logros.
El espíritu, el minimalismo, todo eso consigue invocarlo una vez más. El sonido, sin embargo, no puede evocar a esos primeros pasos. Han pasado diecisiete años y ni Ané es el mismo, ni maneja el mismo instrumental. Así, le sale un disco sencillo pero con un sonido muy reluciente. Como una versión 3D de su disco de debut. Mucho más variado y mucho más profundo.
Sigue sin ser una joya intachable, volvemos a darnos con un canto en los dientes los que ansiamos la obra maestra definitiva del maestro francés. Este disco doble, que más bien es "La musique" + un CD extra, vuelve a tocar las obsesiones de juventud de Ané. Joy Division resuena en algún momento perdido, lo mismo que el tecnopop que tanto le ha dado, pero en general es un disco de sonido bastante orgánico dadas las circunstancias.
Una obra de gran belleza que ejerce de válvula de escape para la torrencialidad que inundaba al de Provins en la época. Un disco doble en edición limitada, un EP de cuatro canciones unos meses después... Definitivamente, algo ardía dentro de su alma.
★★★☆☆
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