lunes, 20 de agosto de 2018

Jesús tenía un gemelo que no sabía nada del pecado

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Sister (Sonic Youth, 1987)
 

NOISE ROCK. La armaron buena los neoyorquinos con su cuarto disco, toda una depuración de sus habilidades a nivel de intensidad, estructura y aura, sin renunciar a lo rugoso ni a lo desviado de una propuesta que aquí empezaba a volar muy alto. Con las alas de esa alianza triple al micro, esa tensión rítmica elevada al cubo y un diálogo que es más bien pelea a hostias entre las guitarras fabricaron su primera obra maestra.

Lo que destaca aquí es que las canciones empiezan a tener una forma más definida, como deja bien claro "Schizophrenia". La introducción de esos tambores y esa guitarra tiñen de pop a un grupo que, bien mirado, siempre había dado pistas de ese acercamiento. De todas formas todo este barniz se difumina casi al instante con esa coda donde vuelven a la guarrería sónica, cosa que reafirman en "Catholic Block", en las brumas inaprensibles y fantasmales de "Beauty Lies in the Eye", con una Kim más sugerente y vaporosa que nunca, y en la crudeza de "Stereo Sanctity".

Toda esta vorágine ampérica colea por todo el disco sin apenas tiempo para el resuello. "Pipeline / Kill Time" abunda en la barbarie con su electricidad decapitada y febril, que no deja de bosquejar una melodía dolorosa pero prístina que va diluyéndose entre las volutas humeantes de una segunda parte hecha para flotar o enterrarse en vida. "Tuff Gnarl" es, junto a la canción de apertura, lo más parecido a un hit que encontraremos aquí. En ella podemos vislumbrar lo que serían cosas como "Teenage Riot" solo unos meses después. También sufre un injerto mutante al minuto y medio de empezar. La marca de la casa.

Tras tamaña violencia, más agresividad, la de una "Pacific Coast Highway" donde Kim Gordon se explaya a base de bien sobre una base metálica y dura como dios. "Hot Wire My Heart", versión de Crime, prolonga el eco irresistible e implacable de la Velvet Underground vía "Heard Her Call My Name". Después parece que podemos solazarnos con la aparente calma de "Cotton Crown", desde el otro ángulo de la Velvet, aunque la tranquilidad se esfuma al instante en sus acordes viciados. Una canción que parece country de psiquiátrico. La preparación perfecta para "White Cross", que cierra el disco en su versión original en vinilo con potencia y gloria infinitas.

Siempre en lucha con Daydream Nation (1988) por el lugar más alto en el podio de su discografía, Sister tiene algo que lo hace único. Y es que aquí es donde por fin nos encontramos a una banda que podía aspirar claramente a ser el grupo más icónico, adictivo y fundamental del rock independiente en toda su historia. Así se las gastan en un disco espectacular, donde demuestran que se puede hacer música digerible desde la confrontación más extrema. Quizás la mejor puerta de entrada a los placeres desconocidos y prohibidos de los jacobinos del noise.


A1 Schizophrenia 4:37
A2 (I Got A) Catholic Block 3:28
A3 Beauty Lies in the Eye 2:12
A4 Stereo Sanctity 3:46
A5 Pipeline / Kill Time 4:31
B1 Tuff Gnarl 3:12
B2 Pacific Coast Highway 4:25
B3 Hot Wire My Heart 3:20
B4 Cotton Crown 5:04
B5 White Cross 2:39
Total: 37:14

Nada más empezar a sonar, el disco rezuma una cierta calidez vintage, que es uno de sus grandes atractivos. En buena parte se debe al 16 pistas analógico que emplearon en su grabación.

Inspirado en la vida y obras del escritor Philip K. Dick, saca su título de la melliza de este, muerta al  nacer. Tanto temáticas como música tienen algo del hálito futurista y de ciencia ficción del autor de Chicago fallecido cinco años antes de la edición del disco.

Una de las muestras de la "domesticación" de la música del grupo es la inclusión de guitarras acústicas en un par de temas. Cosa que apenas se aprecia entre la avalancha de ruido del "último gran disco de punk de la era Reagan y el primer gran álbum de pop que saliera del underground americano." (Slant Magazine).

Su magnífica portada tuvo que ser mutilada en ediciones futuras. La inclusión de una niña de 12 años tomada por Richard Avedon en 1980 tuvo que ser cubierta por una mancha negra tras las amenazas de demanda recibidas por el grupo. Lo mismo ocurrió con otra de Disneylandia en la contraportada.

"While the following year's Daydream Nation may be their indie-rock masterpiece, the weirder, more muscular Sister exemplifies everything great about post-punk music". (Josh Jackson, Paste Magazine)

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