ROCK. Este directo es una vorágine de rock & roll despachada con energía a chorro a lo Ramones, a lo Sex Pistols y a lo Dr. Feelgood. Todo a la vez. Un compendio sin refinar del mejor punk a la gallega que los de Vigo hacían por esos años, los más dorados en cuanto a popularidad. Es por esto que el disco cayó como una bomba y captó a miles de nuevos fieles para la religión de Siniestro Total.
La grabación se realizó el 22 de noviembre de 1991 en la sala Arena de Valencia, y nos muestra a un grupo orgulloso de su momento presente, que sabe echar la mirada atrás con conocimiento, pero que deja para el final las canciones primigenias que grabaron con Germán Coppini, las cuales se quitan de encima con una mezcla de velocidad punkarra y apresuramiento infame.
A pesar de todo, el disco es una magnífica síntesis de lo que era el grupo hasta ese momento. Diría que incluso marcó un punto de inflexión a partir del cual su música se volvió más seria y no volvió a alcanzar las cotas de diversión que este disco ofrece. Porque ese sería el sello principal de un álbum largo, torrencial, descerebrado y en el que prima la rima sobre el significado.
Eso han sido siempre Siniestro Total. Sobre todo hasta este momento glorioso que puede sacarnos la sonrisa socarrona, pero también cansarnos un poco. Para muchos, el mejor disco en directo en castellano de la historia. Básicamente estoy de acuerdo. Por mucho que lo acabe definiendo como entretenido, hilarante a ratos, pero sin consistencia. Siendo sinceros, la verdad es que no engañan a nadie aquí, te dan en todos los morros. Y eso que habían aprendido a tocar y ya no era lo mismo.
★★★★☆
Total: 77 min.
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