Por supuesto eso es lo que hicieron Sleater-Kinney. Entregan este extenuante "The Woods" y cuando parecía que habían encontrado la fórmula, lo dejan todo y desaparecen. Una pena. Y un aliciente más para regocijarse una y otra vez con esta colección de diapositivas que nos revelan ese lado del rock que siempre nos ha gustado y que últimamente se hacía más y más difícil encontrar.
Desde el mismo arranque con el acople inicial en "The Fox" las chicas lo hacen todo bien en este disco. Unas composiciones tremendas, unas guitarras más imaginativas, rabiosas y sucias que nunca, la batería increíble de Janet y una explosión vocal más al límite que nunca por parte del dúo Tucker/Brownstein. Los resultados son impresionantes, de verdad. Hacía mucho tiempo que la combinación entre lo arisco y lo dulce no me parecía tan real, tan suculenta y tan adictiva. Lo arisco gana, por supuesto.
Un gran final, el mejor disco de su carrera, la prueba irrefutable de una verdad rotunda: estas chicas siempre han sabido rockear, pero a estas alturas tenían el control y manejaban las riendas a su antojo para exprimir las guitarras (no olvidemos que aquí no hay bajo) y retorcer el rock como solo habían hecho bandas muy grandes antes que ellas. No voy a dar nombres. Este es su momento. Por todo ello, muchas gracias.
★★★★☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario