martes, 14 de julio de 2020

Vivir


Esta vida pide otra (Tachenko, 2008)
POP

En el tercero podemos por fin sonreír sin pudor. Las buenas intenciones, buenísimas en algunos puntos, que mostraban en los dos primeros se materializan aquí en una obra notable en todos los sentidos. Siempre habían tenido las melodías y las ganas de contarnos cosas a su manera esquiva, pero aquí a todo eso le añaden la producción imperial de un Paco Loco que simplemente lo vuelve a hacer.

Creo que esa es la clave del mejor disco de Tachenko hasta la fecha. Un sonido autoritario y brillante que por fin les hace justicia y les hace salir de esa casilla de grupo gustoso pero pacato en la que parecían atrapados. Aquí todo suena como se espera de un grupo que se cree lo que toca y lo que dice. Y además, las canciones tienen ese filo que las hace ideales para el directo. Aquí, por fin, lo que hace Tachenko puede llamarse pop de guitarras en la estela de sus adorados The Kinks, Small Faces o Teenage Fanclub. Tampoco olvidan sus referentes patrios, como esos Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán en "Quemados por el sol".



Además de este, "Hacia el huracán", "No hay ley que se sostenga" o "El rey del balón" son tres ejemplos más del rosario de temazos que añaden a su repertorio. Un repertorio pensado para gozar, que más que nunca suena con el respeto que se le debe a un grupo que nunca ha dejado nada al azar, pero al que no acababa de salirle la jugada. Y todas esas ganas salen a relucir por fin aquí en todo su esplendor.

7.2


El título de este disco, su sonido y su brillantez me hacen pensar en ese "Carpe Diem" que acuñara Horacio en su Oda número 11. Cosa que podría ir perfectamente en contra de la idea del grupo, ya que el título, "Esta vida pide otra", puede significar justo lo contrario también. Aun así, se hace difícil resistirse al positivismo que exuda un álbum que es puro pop sin adulterar.

Oda 11 del Libro 1

No indagues, Leucónoe (no es lícito saberlo),
qué fin reservan los dioses a tu vida y la mía,
ni combines los números mágicos. Mejor será que te resignes
a los decretos del hado, sea que Júpiter te conceda vivir muchos años,
sea éste el último en que ves romperse las olas del
Tirreno contra los escollos opuestos a su furor.
Sé prudente, bebe buen vino y reduce las largas esperanzas
al espacio breve de la existencia. Mientras hablamos,
huye la hora envidiada. Aprovecha el día, no confíes en el mañana.

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