POP. Cambio de formación que anuncia nuevos detalles en el pop de los aragoneses. Edu Baos al bajo y Alfonso Luna a la batería completan la formación junto a Sebas Puente, Ricardo Vicente y Sergio Vinadé. Y lo cierto es que el cambio en el sonido es palpable. Las melodías siguen mandando, pero se cuela algún calambre más de la cuenta, cosa que potencia una producción ligera, de las que se limitan a separar los instrumentos con claridad, pero que no embellece en demasía lo que ya es de por sí hermoso.
No obstante, el sonido me parece algo falto de fuerza, lo que no acaba de apagar las virtudes del grupo y de unas canciones que quizá no tengan ese hit infalible que sí que estaba en su debut, pero que ganan por el peso específico de un bloque más cohesionado y más hecho. Un conjunto en el que también hay cosas que destacar por encima del resto. "Entrada de artistas", "1986" o "Arconada" se suman a su lista de himnos a corear. Con su sencillez en los arreglos y sus melodías arrebatadas para envolver unas letras que a menudo giran en torno a la metáfora deportiva, futbolera en muchos casos.
No han sido los primeros en hacer esto último. Me vienen a la cabeza cosas como "Segundo premio" o "La Copa de Europa" de Los Planetas o esa "Eto'o, su jugador favorito" de sus admirados La Granja. Es innegable que Tachenko lo hacen muy bien, son muy finos y saben lo que se hacen. Un grupo de esos que escuchan mucho y hablan poco, pero casi siempre bien. Otra cosa es que rematen el disco de su vida, algo que a estas alturas parece que les queda lejos.
★★★☆☆
Total: 37:22
Es el segundo, es super pop, las guitarras suenan afiladas (cada uno a su estilo, es cierto) y la producción les da un sonido diferente al resto del catálogo de cada banda. Demasiadas coincidencias como para que no me venga a la mente este Pop (Los Planetas,1996), una década mayor que el disco que nos ocupa. Un hermano mayor con el que no creo que les moleste que se compare a esta obra de Tachenko.
Son solo algo más de quince minutos, pero en ellos encapsulan todo lo que son capaces de hacer. Desde el pop brillante a la psicodelia, de las lentas soñolientas al punk-pop, Tachenko demuestran aquí que saben más de lo que demuestran normalmente y que son capaces de producir obras de calado, quizás su mayor tara a la hora de enfrentarse al formato LP. Que también puede que me guste más que lo anterior precisamente por eso. Porque no se cuelan canciones más largas de la cuenta ni hay flecos que recortar. Y por supuesto, hoy me parece claro, que estaba exagerando sus bondades. Sin embargo, y sin duda, seguían en la buena dirección.
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