viernes, 7 de agosto de 2020

Cruzando los océanos del sonido

Lonerism (Tame Impala, 2012)

NEO-PSICODELIA

Tame Impala sofistica su sonido en este segundo intento grabado entre Australia y París. Kevin Parker da más protagonismo a los sintetizadores sin olvidarse de esas guitarras que los han hecho grandes y entrega una obra más sutil y redonda que su debut. Un disco en el que es muy fácil perderse por esa barbaridad de detalles sónicos, de subidas y bajadas, de flangers, loops y efectos de difícil descripción.

Lo malo es que todo este efectismo se me antoja hueco. O eso o no me entero de la misa la mitad. Hay poco en el disco que me encandile. Más que en "Currents" (2016), pero menos de lo que me esperaba. Me quedo con el caramelito pop de "Why Won't They Talk to Me?" y "Feels Like We Only Go Backwards", y con la psicodelia de hueso de "Elephant", un temazo en el que resuenan los ecos de "Boris the Spider" de The Who o ese "Vegetable Man" de Pink Floyd. Syd Barrett y The Beatles. No podía ser de otra forma.
 

 

Tame Impala nunca han ocultado sus influencias y aquí salen a flote en todo su esplendor. No era algo que importara a su público. Y con razón, a la vista de esos directos tan cuidados, con ese sonido tan perfecto y tan arrebatador y con esa comunión con un público al borde del éxtasis. Está claro que los de Perth han nacido para molar. Tan cristalino como que me gustan pero no me matan. Y mira que lo intento.

 

Kevin Parker siempre ha admitido inspirarse en este "A Wizard, a True Star" (1973) de Todd Rundgren durante la gestación de su segundo disco. Y para mí es algo muy revelador y dice mucho sobre las razones por las que no acabo de digerir a Tame Impala. Y es que, como ya se habrán imaginado, no soporto el disco de Rundgren. "Lonerism" me gusta bastante más, eso que quede claro, pero con el pedrusco psicodélico del de Philadelphia nunca he podido ni creo que pueda jamás. Que quede claro, las cartas sobre la mesa.

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