martes, 11 de agosto de 2020

Mosca cojonera

El abayarde (Tego Calderón, 2002) 

REGUETÓN

El reguetón puede ser otra cosa, puede ser punzante, denso. Puede tocar las pelotas a los malos, los poderosos, en vez de tirar de testosterona y machismo recalcitrante. Todo esto a algunos les parecerá más que obvio, pero a muchos otros no dejará de sorprenderles. Y es porque el género está tan lleno de topicazos baratos que hay pocas ganas de investigar. Y no les culpo.

Por muy claro que quede que Tego, el Negro Calde, el Abayarde, es otra cosa. Su música busca una seriedad que no es lo común en el género. Sus letras visitan los lugares comunes, pero con más sutileza, y se permite el lujo de hablar de otras cosas, de meterse en temas sociales y de mostrar una cierta humildad ausente por completo en la música urbana más mainstream.
 


Cosas, todas ellas, que se reflejan en su música, la cual no es solo reguetón. Eso es solo uno de los palos de su baraja. Lo gordo, en realidad, es el hip hop con las bases jazz y funk de costumbre, pero con la adición de los sonidos tradicionales de su tierra en una mezcla tan personal como suculenta.

Todo esto es lo que hace tan jugoso a este disco de debut. Un disco irregular y pegado de mala manera que acaba funcionando como un todo. Un disco zumbón de los que pican como ese mosquito al que alude en su título. También venenoso e imperfecto, caliente, innecesario quizás, pero dotado de un punch noqueante que lo hace una de las mejores noticias para la música urbana latina.

½☆

 

Xxx

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