jueves, 6 de agosto de 2020

Música en primer plano

Stop Making Sense (Jonathan Demme, 1984)
 
ART ROCK

Jonathan Demme retrata para la posteridad a los Talking Heads en la cima de sus poderes. Lo hace con una filmación precisa y atemporal que asegura a esta cinta su lugar en la eternidad. Sus primeros planos y ese saber dónde tiene que estar la cámara en cada momento para ofrecernos el porqué de lo que está pasando es para mí el gran triunfo de una película tierna, divertida y epidérmica.

Eso en cuanto a las imágenes, porque si "Stop Making Sense" es lo que es a día de hoy, con ese estatus legendario que la hace un tótem al que adorar, es en buenísima parte por la música que contiene. Esos dieciseis temazos que se centran mayormente en su reciente "Speaking in Tongues" (1983), pero que sabe picotear con sapiencia y tino de sus gloriosos cuatro primeros discos. Incluso se reservan un hueco para el lucimiento de Tina Weymouth y Chris Frantz con uno de los temas más famosos de sus Tom Tom Club.

También hay que enfatizar la magnífica interpretación de los músicos, con una base rítmica (Weymouth-Frantz) espectacular, con un Jerry Harrison profesional y aplicado, unos músicos de apoyo increíbles tanto en técnica como en implicación y un David Byrne sencillamente descomunal. Clavan todos los temas y además lo hacen con una energía infecciosa al permitirse bailar en coreografías graciosas y siempre pertinentes.




Y si a todo esto le sumamos la puesta en escena que siempre ha hecho famosa a la banda, ideada por un David Byrne que siempre me ha parecido mucho más que un músico, el gozo es supremo. La idea de entrar él solo con un radiocassette que supuestamente emite la base sobre la que desgrana un "Psycho Killer" sensacional con su guitarra acústica. El histrionismo controlado y la posesión diabólica con la que ataca los temas. Ese traje de hombreras gigantes con el que parece reírse de sí mismo. O esos brazos al cielo en el estribillo de una "Once in a Lifetime" a la que transforma en un góspel doliente solo con ese gesto. Son demasiados los detalles, demasiadas las escenas memorables como para no relajar cualquier afán fiscalizador y reconocerlo a voz en grito. Posiblemente, la mejor filmación de un directo jamás realizada.

Xxx

No hay comentarios:

Publicar un comentario