lunes, 24 de agosto de 2020

Música que fluye

LP1 (FKA twigs, 2014)
 

 
ELECTRÓNICA/R&B. Esa cara, todo ese tizne, esos moños... Las comparaciones con Björk saltan a la vista ante el disco de debut de esta chica. Luego te lo pones y sí, algo hay, pero no lo suficiente como para sentenciar a la artista británica. Ni las prodigiosas bases instrumentales ni su voz entre el susurro y el trino celestial ni unas melodías a la vez extrañas y frágiles como el cristal te permiten obviar el hecho de que estás ante una de las sensaciones del nuevo milenio.
 
Una artista que se expresa sin tapujos, con una franqueza que suele venir con la edad, pero que ella, a los veintseis añitos ya suelta con una decisión fuera de lo común. Aquí, Tahliah habla de sexo, deseo, amor y desesperación. Sin pelos en la lengua ni cortapisa alguna, sin deudas ni miedo, expresándose como solo las más grandes lo han hecho en un mundo (todavía) dominado por la masculinidad y sus reglas.
 
Es cierto que se acompaña de lo más granado de la escena. Lucki Eck$ o Arca prestan sus voces o sus conocimientos con las programaciones y los sintetizadores. Y eso no le resta valor a lo que hace esta chica, mezclando su voz deliciosa con unas bases acuosas y cristalinas, sintéticas y floridas. Unas bases de un imaginativo que tumba y que se benefician de un sonido prístino y arrebatador. Premios y nominaciones varias dan fe del magnífico trabajo realizado en el disco a todos los niveles.

En definitiva, FKA twigs deja claro que, como mínimo, el presente le pertenece. Es una mala noticia para mí, pero hay que rendirse a la evidencia. Si el rock no ha muerto, está en coma, no sé si irreversible. Hace tiempo que ha dejado de ser relevante. Al menos al nivel de motor generacional y potencia creativa absoluta. Ahora lo que parte el bacalao, los campos más fértiles para expandir la creatividad hasta nuevas cotas, son el hip hop, la electrónica y el R&B. Puede sonar descorazonador para las barriguitas cerceveras, pero cosas como esta lo dejan claro como el agua que parece fluir por los altavoces en circuito cerrado. 

1 Preface 1:46
2 Lights On 4:24
3 Two Weeks 4:07
4 Hours 4:35
5 Pendulum 4:58
6 Video Girl 3:47
7 Numbers 3:43
8 Closer 3:45
9 Give Up 4:17
10 Kicks 5:24
Total: 40:46

En estética y riesgo recuerda a Björk. Esa portada, su modernez y todo lo acuoso del disco, no sé por qué, me recuerda a la película "Avatar" (2009), pero si tengo que asociarlo a algo, tiene que ser a esos versos con los que abre fuego y que acaban siendo el leit motif y el resumen perfecto de la temática de un álbum vivo y lleno de pasión y deseo. 

"I love another, and thus I hate myself" ("Preface"). Un verso revelador y culpable que la británica le roba a Sir Thomas Wyatt directamente de su poema "I Find No Peace".

"I find no peace, and all my war is done.

I fear and hope. I burn and freeze like ice.
I fly above the wind, yet can I not arise;
And nought I have, and all the world I season.
That loseth nor locketh holdeth me in prison
And holdeth me not—yet can I scape no wise—
Nor letteth me live nor die at my device,
And yet of death it giveth me occasion.
Without eyen I see, and without tongue I plain.
I desire to perish, and yet I ask health.
I love another, and thus I hate myself.
I feed me in sorrow and laugh in all my pain;
Likewise displeaseth me both life and death,
And my delight is causer of this strife."

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