Another Side (Fingers Inc., 1988)
HOUSE. La primera reacción es: "esto no es lo mío". Como si a uno le costara involucrarse en algo tan impreciso como equívoco. Lo malo es que uno se deja llevar, se sumerge en la perversión y esta lo arrastra irremisiblemente en un disco embaucador, que necesita su tiempo, pero que enamora.
Seda, ambigüedad, alcantarilla, clase... Todos estos sustantivos se podrían usar para describir el álbum. Y a la vez. El primer disco de house de la historia trataba de demostrar la viabilidad de un proyecto largo en este género, y lo consigue con creces. Alta música que bebe y alimenta a Prince, la funkadelia o el deep house, alternando momentos oscuros y densos con otros de rendijas por las que se cuela alguna brizna de brisa. Ventolera que nunca llega a traer bocanadas de aire fresco. Incluso los temas más soleados lo traen viciado.Dicen que este álbum no ha sido superado en su género. Yo no lo sé. La verdad, habría mucho que discutir y estudiar antes de rebatir eso. Ciertamente, el esfuerzo para contagiarme el espíritu del disco ha sido grande y no me apetece repetirlo con otro, de momento. Por muy gratificante que sea, que lo es. No sé, será que la promiscuidad no es mi fuerte.
Too black... Too strong?... ¡Ay, ladrón!
★★★★☆
Larry Heard, el corazón y los pulmones del trío, ha demostrado con creces su habilidad para crear unas bases adictivas y atemporales. Uno de los mejores productores de house de la historia, el mejor quizás, es el responsable directo de la atemporalidad de un sonido avasallador. La cantidad de referencias que asedian nuestros oídos en cuanto ponemos este disco a sonar es aplastante. De Prince a Stevie Wonder, de Massive Attack a Kraftwerk, todos han alimentado o han mordisqueado de la obra del señor Heard.
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