domingo, 9 de agosto de 2020

Rock rupestre

Ted Nugent (Ted Nugent, 1975)

HARD ROCK

Para poder siquiera tomarse a este tío medio en serio, hay que separar su carrera musical de su ideología, su racismo abyecto y su "supuesta" pederastia. Ted Nugent, el hombre, no deja de ser una joyita ultraderechista, amante de las armas, que cree que todo hombre que se precie de serlo debe ser capaz de matar y despellejar su propia comida.

Y todo esto no quita que este militante conservador hasta las trancas merezca su hueco en la historia del rock. A mediados de los 60 formó parte de los Amboy Dukes, influyente combo de rock psicodélico que tiene como mayor hito ese exitazo underground que fue "Journey to the Center of the Mind". Con ellos estuvo hasta mitad de los 70, momento en el cual decidió volar en solitario con este debut rocoso y algo formulaico, todo sea dicho. 

 

 

Natural de Redford, en el área metropolitana de Detroit, tiene algo de ese sonido sucio y pendenciero que parece dar la ciudad del motor. Sin llegar al proto-punk de sus paisanos The Stooges o MC5, sí que podemos detectar aquí más de un pildorazo de alto octanaje. Riffs pesados que anuncian el heavy metal e incluso cosas más específicas como el stoner rock que humea en esa apertura ardiente que es "Stranglehold". Lo mejor de un disco en el que Nugent se despide por completo de la psicodelia en pos de un blues-rock blanco de corte sureño y solos frenéticos.

En definitiva, la gran obra del guitarrista no es un mal disco. Sin estar mal, no es de esos capaces de volverte del revés ni nada de eso. Tampoco inventa nada, lo cual es curioso en un artista que venía de militar en los muy psicodélicos y modernos Amboy Dukes. Aquí este hombre de cromañón involuciona y vuelve a las cavernas para abrazar una nueva religión más simple, más conservadora, más de toda la vida. Y claro, nos guste más o menos, a él le va como anillo al dedo.

 

A Hemingway también le iba eso de cazar. También relacionaba eso con una hombría que curiosamente no trasladaba a la sensibilidad de sus escritos. Algo me dice que estos dos pájaros se llevarían bien. A pesar de sus diferencias, que las hay y son muy notorias. Hemingway se refugió en Cuba tras su experiencia como corresponsal en la Guerra Civil española. Nugent siempre ha sido un militante antidrogas y alcohol, mientras que Ernest se pegaba unos lingotazos de aúpa. Y bueno, en definitiva, el escritor fue un genio indiscutible y el bueno de Ted, bueno, toca muy bien la guitarra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario