channel ORANGE (Frank Ocean, 2012)
R&B. La finura de Frank Ocean en este estreno discográfico propiamente dicho lo convierte en el nuevo gurú de la música negra y le otorga la dura responsabilidad de una vara de mando que no debería asustarle en absoluto. Ya lo había anunciado con rotundidad en una mixtape que no tuvo edición oficial ni formato físico más allá de internet, pero con su primer CD lo deja todavía más claro: el futuro es ahora.
"Channel ORANGE" toca tantos palos que aterra. Frank Ocean canta con tal versatilidad que intimida. Y lo mejor, el cantante y compositor envuelve sus tonadas con una miríada de sonidos y con un lujo asiático que apabulla por acumulación. Todo esto, soltado con convicción y sin dejar tiempo para reaccionar, es lo que ha posibilitado que los gurús de los medios especializados hayan encumbrado de inmediato a Christopher Edwin Breaux como uno de los artistas más importantes de la década de 2010.
Y no le ha hecho falta más que un disco para provocar tal revuelo, cosa que puede resultar sospechosa hasta que se pega la oreja a lo que ha fabricado aquí el de Long Beach. Un pop tridimensional, profundo y de formas perfectas. Un trip entre sedas y oropel con sonidos nunca antes escuchados. Eso sí, no se esperen una marcianada, que tampoco. La voz de Ocean, tan delicada y tan en su sitio, acaba limando cualquier conato de desviación o aspereza para anclarlo en las plácidas aguas de lo reconocible. Clásico contemporáneo.
★★★★☆
También hay una conexión curiosa con las pirámides del antiguo Egipto y un "The Pyramid" que parece convertirse en club de striptease, antro de degradación para la mujer, la moderna Cleopatra. Un tema narrativo que es toda una zambullida en la caída sin frenos de su raza y del sexo femenino y que nos muestra la profundidad y la sutileza de la que es capaz Ocean, una de las grandes sensaciones del nuevo milenio.
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