sábado, 20 de marzo de 2021

Strawberry fields forever!

Last Splash (The Breeders, 1993)

 
INDIE ROCK. Menos grunge y más indie rock, en esta prolongación de lo que Deal había hecho con los Pixies creo que The Breeders se encuentran a sí mismos. Lejos de sonar a imitación, el disco rezuma frescura y el hecho de que algunas melodías nos lleven directas al grupo que había compartido con Black Francis no deja de confirmar que Kim había tenido su buena parte de peso específico en la gestación y definición de lo que habían sido los duendes de Boston.

"Last Splash" salía a la venta tres años después de su debut en largo. En medio, el grupo se había entretenido con la publicación de material en forma de single y EP, chucherías que no hicieron más que azuzar las ganas de un público que recibió este LP con ansia. Y en estos surcos queda registrado que en esos tres años Kim Deal, Tanya Donelly y sus secuaces habían estado explorando, componiendo sin prejuicios y obsesionándose con la búsqueda de la frescura y la melodía por encima de todo lo demás.

De todo esto sale "Cannonball", con su línea de bajo, que es todo un icono del rock alternativo, con esa melodía de guitarra tan característica y con ese riff machacón que redondea la jugada. También la adhesiva y extática "Divine Hammer", las muy "Bossanova" (Pixies, 1990) "Invisible Man" y "No Aloha", y toda una suerte de himnos más o menos acertados, pero todos con la conciencia limpia que deja el haberlo dado todo. Noise virginal en la que puede ser la obra maestra de la banda. Cosa esta que lanzo al aire, pero que ni afirmo ni desmiento.

★★★
1 New Year 1:56
2 Cannonball 3:33
3 Invisible Man 2:48
4 No Aloha 2:07
5 Roi 4:11
6 Do You Love Me Now? 3:01
7 Flipside 1:59
8 I Just Wanna Get Along 1:44
9 Mad Lucas 4:36
10 Divine Hammer 2:41
11 S.O.S. 1:31
12 Hag 2:55
13 Saints 2:32
14 Drivin' on 9 3:22
15 Roi (Reprise) 0:42
Total: 39:38

 

El rojo de la portada hace mucho, pero no puedo evitar echar la vista a ese Bossanova con el que los Pixies viraron en redondo en 1990. El disco representó una suavización en su sonido, un intento por explorar ángulos menos puntiagudos. Por supuesto no fue bien recibido, aunque el tiempo lo ha ido dotando de un cierto aura, ya sea por lo diferente al resto o por un ramillete de canciones que se han acabado ganando el corazón de los fans. 

Paralelamente, Deal y sus Breeders sacaban Pod (1990), un disco mucho más duro y oscuro que el de Pixies, lo cual no contribuyó a que Bossanova tuviera la acogida que el tiempo le ha acabado dando. Estaba claro que Kim estaba huyendo a toda costa de la nueva dirección que estaba tomando su banda madre y que estaba decidida a hacer la música que le apetecía, ya que tampoco le dejaban aportar nada en su banda original. Lo curioso es que tres años después parezca acordarse del tercer LP de Pixies. Y es que, ya seas músico o fan endemoniado, no hay nada como pararse a escuchar.

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