sábado, 27 de noviembre de 2021

La calma en medio de la tormenta

Memorial de cante en mis bodas de plata con el flamenco (Niño de Elche, 2021)

FLAMENCO. Parece claro que la ortodoxia le ha dado la espalda a Francisco Contreras. Tanto como que a él la tradición le corre por las venas, haga lo que haga con ella. Ya sea retorciéndola hasta el espasmo o soltándola por su garganta con fluidez inmaculada, Niño de Elche siempre hace lo que le apetece sin importarle lo que le parezca a los demás.

Lo que choca, o no tanto, conociendo su alergia a quedarse quieto, es que este disco salga ahora. Emparedado como está entre obras de vanguardia, instalaciones sonoras de un hermetismo atroz, y en definitiva, veleidades artísticas a mansalva de una profundidad intelectual tan fuera de toda duda como inalcanzables para el aficionado medio, toda esta claridad prístina y clásica no es lo que esperábamos.

Y ahí radica la originalidad y la importancia de este artista. Nunca sabes por dónde te va a salir y siempre te puedes esperar algo interesante de sus propuestas.

Aquí se deja poseer por los grandes de la historia para ofrecer su versión de los palos de siempre. A guitarra, palmas y voz, sin marcianadas y sin salirse de lo canónico. Sí, estoy hablando del autor de Voces del extremo (2015) y de La exclusión (2021). El mismo que en el momento de escribir esto tiene una instalación sonora expuesta en el Reina Sofía de Madrid. El que reventó a los puristas con su actuación en la XX Bienal de Sevilla en 2018. El que se llama a sí mismo exflamenco y aquel que si no es aceptado por la ortodoxia es, en primer lugar, porque a él mismo no le da la gana.

Por todo esto este disco es tan sorprendente como sanador. Y por todo esto casi nadie le ha hecho caso. Los que podían arquear la ceja y cambiar un poco su opinión, hace tiempo que dejaron de prestar atención a lo que hace el ilicitano. Y los que siguen los devaneos artísticos de nuestro personaje no tendrán ganas de ponerse a escuchar una seguiriya como dios manda. Pues es una pena en ambos casos, porque esta escasa media hora nos muestra a un artista arrebatador en su aspecto más convencional, que es precisamente el que menos nos enseña habitualmente.

★★★

1 Posesión por Alegrías 2:59
2 Posesión por Soleá 2:53
3 Posesión por Tientos 4:28
4 Posesión por Bulerías 3:41
5 Posesión por Fandangos 3:16
6 Posesión por Soleá Apolá 2:23
7 Posesión por Fandango de Lucena 1:47
8 Posesión por Fandango 1:37
9 Posesión por Tangos 3:10
10 Posesión por Seguiriyas 2:11
Total length: 28:25
 
Como Picasso, Francisco Contreras se inició en los entresijos del arte más puro y más tradicional. Como el genio de Málaga, el de Elche aprendió a dominar el naturalismo del cante a palo seco y las sutilezas de la entonación y el compás más ortodoxos. Vamos, que antes de acometer sus aberraciones vanguardistas, el cantaor, como Picasso, ya dominaba todos los palos y era el mejor en lo suyo.

Pero claro, como Picasso, Contreras no se conforma con eso. Lo convencional representa el mejor aprendizaje, la mímesis es la mejor maestra, pero a la hora de volar libre, es necesario encontrar tu voz. Y si Picasso lo hizo a través de la abstracción y la vanguardia, Niño de Elche ha seguido un camino similar. Puede que la comparación escueza, pero yo, qué quieren que les diga, la veo clarísima.

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