Zen Arcade (Husker Du, 1984)
POST-HARDCORE. El hardcore nunca se ha caracterizado por su apertura de miras. Siempre encerrado en sí mismo, ardiendo en la lucha eterna contra el aburguesamiento. Y sin embargo, ese sentido iconoclasta lo hacía merecedor de un disco como este. Una ruptura, una huida hacia delante sin prejuicios, aunque manteniendo las señas de identidad del género. Tal vez un disco conceptual y ¡DOBLE! no fuera la mejor manera de impresionar al punkarrilla de turno, pero acabó marcando un hito y sirvió de modelo y referencia a una multitud de músicos con ganas de impresionar. Sin ir más lejos, la respuesta que meses después de su edición recibiera por parte de The Minutemen con el similar (en estructura) y también mayestático Double Nickels on the Dime (1984).
Si atendemos a las letras, construiremos la historia de un adolescente que huye de casa en busca de una vida más reconfortante. Todo esto viene arropado por una música que para el oyente hardcore puede parecer demasiado abierta a nuevas vías, aunque para el neófito sigue preñada de brutalidad, incluso en sus momentos más "convencionales". En un artefacto de punk-rock-jazz-experimentos que es un arma de doble cargador con 14 balas en el primero y 9 en el segundo. Un auténtico festín de guitarras cortantes y ritmos de ametralladora con momentos reposados que apenas dejan sacar la cabeza unos segundos antes de seguir buceando por entre la carnaza sónica. Sin duda, asfixiante sería un buen adjetivo para describirlo.
Se hace difícil destacar algún tema ante lo sólido de su factura. De todas formas, es difícil resistirse a la acometida inicial de "Something I Learned Today", el folk aguerrido de "Never Talking to You Again", la narcótica y excitada "Standing by the Sea" o cualquier trallazo experimental, ya sea la maquinaria metálica de "Hare Krsna", el piano delicado de "Monday Will Never Be the Same" (donde juegan a ser Thelonious Monk), o la apabullante saturación eléctrica que conjuran para cerrar el disco en 14 minutos de gloria, "Reoccurring Dreams". Las que sí que sería imposible dejar fuera de cualquier selección son las preciosas y eléctricas "Pink Turns to Blue" y "Turn On the News". Dos ejemplos claros de que Hüsker Dü se marcan una obra maestra insuperable. De esas que dan prestigio y lustre a nuestra maltrecha música rock. Digámoslo sin miedo: supremos.
★★★★★
Este disco, será por su portada, será por lo metálico de su sonido, siempre me ha sonado a desguace. A desguace psicodélico, por supuesto. Un paraje seductor donde las canciones pueden saberte a óxido o a metal galvanizado, al sabor metálico de la cerveza de lata o al dulzor amargo del algodón de azúcar mojado en rohypnol y anfetas machacadas. Bienvenidos a la obra maestra del realismo mágico en esto del hardcore.
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