miércoles, 14 de septiembre de 2022

La maté porque era mía

Murder Ballads (Nick Cave & the Bad Seeds, 1996)

MURDER BALLADS. Como continuador de una tradición perversa, Nick Cave se entrega aquí al arte de la narración con uno de sus temas fetiche. Las baladas de asesinato siempre habían tenido un influjo potentísimo en todo lo que había hecho el australiano hasta ese momento, pero dedicarles un álbum completo con la intención de revisarlas y aportar nuevas historias macabras con las que solazarse... Bueno, no creo que haya nada más Nick Cave que eso.

Al abrir este envoltorio con su paisaje nevado bañado en esa luz fantasmagórica entramos a un mundo tenebroso en el que el cantautor se regodea en la supuesta belleza del asesinato, en el éxtasis y el clímax que siente el asesino antes, durante y después de la masacre. Así de detallados, cruentos y sanguinarios son los sucesos que aquí se nos narran. Sin olvidar el componente lírico y doloroso del tema, claro, ingredientes básicos para la auténtica poesía.

Es cierto que al final trata de rebajar el horror de la carnicería con una "Death Is Not the End" que no nos podemos creer de lo dulce que es. Es difícil curar el espanto de canciones tan bellas y crueles como "Song of Joy", "Henry Lee", "Where the Wild Roses Grow", "Stagger Lee" o esa insoportablemente gore "O'Malley's Bar" en la que se nos relata una matanza en tiempo real y sin remordimientos ni cargo de conciencia posibles.

Uno de los discos más hermosos y terribles a la vez de Nick Cave, aunque, con toda su carnaza, también representa una apertura hacia la comercialidad y hacia el éxito más o menos masivo.

★★★

1 Song of Joy 6:51
2 Stagger Lee 5:19
3 Henry Lee 4:02
4 Lovely Creature 4:17
5 Where the Wild Roses Grow 4:01
6 The Curse of Millhaven 6:59
7 The Kindness of Strangers 4:43
8 Crow Jane 4:18
9 O'Malley's Bar 14:32
10 Death Is Not the End 4:27

Total: 59:29

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