BLUES PUNK. En estos primeros momentos de la Blues Explosion se hace necesario tirar de eclecticismo y unir estos dos álbumes que pasan por ser su estreno si obviamos ese medio pirata que fue A Reverse Willie Horton (1991). El caos que el trío conjuraba nada más ponerse a tocar se refleja en estas tres primeras referencias, solapándose, compartiendo canciones y esparciéndose en ediciones diferentes en las que cambia el tracklist de manera salvaje.
Por eso, si bien está claro que aquí está el germen de lo que iba a ser el combo neoyorquino, no hay que obsesionarse por delimitar dónde aparece tal o cual tema, cosa que va a depender de la edición que haya caído en tus manos, y ver estos dos álbumes como un conjunto del que empaparse si se quiere conocer bien de dónde les viene la afición por la berrea a estos salvajes benditos.
Todos los temas vienen de dos sesiones de grabación realizadas a mediados y finales de 1991 por Kramer y Steve Albini respectivamente. Y en todos ellos domina una cosa: el caos más absoluto. Las canciones, si se pueden llamar así, son animalejos incontrolables y sin bozal, algo que puede ponerte de los nervios desde el primer momento. O no, eso va a depender de tu nivel de bajeza, porque también me parece claro que aquí se puede disfrutar de muchas cosas. Para empezar de volver a disfrutar con el sonido de la guitarra eléctrica en estado puro, sin maquillajes ni la "molestia" de un bajo que con su gravedad enmascare ese crujido primario que es capaz de removernos las entrañas.
Dicho esto, la pregunta que surge está clara: ¿se impone toda esta energía al desorden extremo de un batiburrillo de unos veinticinco temas, evitando redundancias? Sí, no me cabe la menor duda. ¿Muchísimo? Eso no lo tengo tan claro.
★★★☆☆
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