HEMORRAGIA POP. Los ejercicios de valentía de Mr. Merritt siempre se encuadran en lo heroico. Casi veinte años después de ese desbordante 69 Love Songs (1999) nos sigue endosando proyectos personales que desbordan el adjetivo titánico.
Esta vez el motivo alrededor del que gira el undécimo álbum de los Magnetic Fields son los cincuenta años en la Tierra que cumple su líder, un Stephin Merritt del que siempre podemos esperarnos cualquier cosa. Y para celebrar esa importante efeméride el neoyorquino se saca de la manga cincuenta canciones, una por cada año de su vida, con las que trata de resumir su trayectoria vital. Cincuenta pildorazos que empezó a grabar precisamente el día de su cincuenta cumpleaños. Cincuenta pildorazos que reparte de manera lujosa en cinco discos para que la escucha sea menos ardua.
Ese es el número mágico de una obra que se va hasta las dos horas y media de duración. Un mastodonte que, a pesar de lo engorroso que pueda parecer, se acaba agradeciendo en el corazón de los tiempos de consumo fugaz en los que estamos inmersos, pero que no deja de mostrar sus carencias cuando lo comparamos con el hermano mayor que mencionamos arriba.
Y no es que no tenga su mérito. De hecho este intento autobiográfico, este álbum conceptual, es de esos que dan brillo a un género que suele irse por terrenos pantagruélicos en busca de una alianza con la literatura que les suele quedar muy grande. No es el caso con el señor Merritt. Nunca lo será, me temo. El problema es otro y viene de empeñarse en disfrutar cada segundo como lo hacíamos con el disco ese de las canciones de amor. No se puede. Aquí hay más intenciones que resultados y los momentos de disfrute a tumba abierta son mucho más esporádicos. Mucho más espaciados en un disco que no deja de ser un señor disco, pero que te exige demasiado para lo que te acaba dando a cambio.
★★★☆☆
Xxx
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