The Original Modern Lovers (The Modern Lovers, 1981)
ROCK. Aquí nos encontramos de frente con una compilación de material inédito, demos y tomas alternativas, muchas de las cuales aparecerían algo más pulidas en su primer disco y único álbum como tal. De ahí que haya que avisar de lo poco hecho de estas grabaciones solo aptas para gente muy infectada por el virus de esta efímera banda. Gente que trata sin éxito de saciar un hambre que no puede ser calmada.
Locos en definitiva que fliparán ante la miríada de matices que estallan en las variaciones (mínimas para el resto de la humanidad) de unos temas que tenemos aprendidos de memoria. Lo cierto es que puede que en muchos casos sí que satisfaga el someterse a esta versión crudísima de uno de los mejores discos de rock que se hayan grabado. Por mucho que nos molesten las deficiencias del sonido, esas subidas y bajadas de volumen y que echemos de menos algo más de solidez en un andamiaje que amenaza con derrumbarse a cada segundo.
En cuanto a los temas no incluidos en The Modern Lovers (1976) habría que decir que son lo bastante suculentos como para acercarse a mirar. En general son una muestra bastante brillante del enorme talento de un Jonathan Richman que tenía que volar solo por narices. Si acaso tendría que poner pegas a esa suite involuntaria que conforma la dupla "Don't Let Our Youth Go to Waste", "Dance With Me". Ejercicios de spoken word, sobre todo en la primera, que ejerce de introducción, los cuales entregan al disco en los brazos del sopor más absoluto. Aun así, no reconocerle el efecto narcótico a la segunda es bastante cicatero.
Por todo lo dicho, por la enorme revelación de unos temas en carne viva, pero también por la tremenda redundancia de enfrentarse a la mayor parte de lo que suena aquí, no puedo decir que sea una obra esencial para nadie. A no ser que los Modern Lovers sean una parte muy íntima de tu vida. Algo que sería muy triste, la verdad sea dicha, pero que tampoco veo descabellado.
★★★☆☆
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