Au printemps [Nº 3] (Jacques Brel, 1958)
CHANSON. El tercer álbum es un ejemplo más del arte de hacer canciones. Un arte que Brel parece dominar de una manera aplastante, soltándolas sin esfuerzo aparente. Ya prestemos atención a su factura o a la interpretación de las mismas, el resultado es el mismo frotar de ojos con incredulidad ante tal nivel de maestría.
Y todo eso a pesar de que entre toda esta panoplia de himnos al amor y al desgarro, marchas militares y crescendos asesinos (atentos a esa "L'homme dans la cité"), nos acabamos quedando con un sabor de boca agridulce. Porque a pesar del gran nivel que sigue manteniendo el de Schaerbeek, parece claro ante un par de resbalones en forma de recitados e insustancialidad que este álbum supone un cierto frenazo en esa trayectoria ascendente que venía marcando desde que empezara cuatro años atrás.
Un frenazo que, tampoco nos echemos las manos a la cabeza, no es apenas apreciable más allá del analista quirúrgico incapaz de poner las cosas en perspectiva y valorar como merecen los tremendos aciertos que suponen "Au printemps", "Je ne sais pas", "L'homme de la cité" o "Voici", por decir unas cuantas. Es cierto que "Le colonel" o el poema musicado "Dites si c'était vrai" dan un poco de bajonazo, pero siendo del todo sincero, esto importa bien poco al disfrutar del cuadro al completo.
En definitiva, una muestra más de ese genio incipiente que iba a reventar poco tiempo después para tocar el cielo con sus composiciones más inmortales. Cuando podemos ponernos un disco una y otra vez y disfrutar sin problemas de tanta emoción, la verdad, no veo problema alguno en que Brel siguiera así para siempre, aunque sé que digo esto porque a estas alturas sabemos lo que pasaría después, y claro, eso nos gusta bastante más.
★★★☆☆
Total: 27 min.
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