ROCK DE AUTOR. Josele Santiago, con su tercera referencia en solitario (o con Sus Menundencias más bien), sigue prolongando esa transición entre su glorioso estreno de 2004 y una nueva obra que vuelva a relucir como las mejores en su canon. Esta parece claro, como digo, que no va a ser de esa especie. Lo que no quita que podamos disfrutarla en lo que vale.
Se trata de una nueva colección de medios tiempos que en su mayor parte huyen del rock como nunca en la carrera del madrileño. O al menos de ese rock formulaico de raca raca y tentetieso. Aquí la música sigue aceptando pianos, bandoneones y lo que haga falta para ahondar en los ritmos de raíz norteamericana, pero en las antípodas de lo epidérmico o lo simplón. Una vuelta de tuerca más que sabrosa a ese rhythm & blues que ya practicaba con los Enemigos en tonadas más nostálgicas que desoladas y más premonitorias que pesimistas.
Va a ser difícil encontrar rayos de luz así a chorro en estas postales otoñales en las que mira a la muerte con la socarronería de costumbre y también se acuerda de los amigos caídos. Pero sí que vamos a poder disfrutar de la mirada de alguien que, viniendo de vuelta de todo, nos confiesa que ha encontrado pocas certezas, muchas más preguntas y también la tranquilidad del que sabe que la mayor parte de lo que nos preocupa no importa absolutamente nada.
★★★☆☆
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