POP ELECTRÓNICO. Bajo el influjo perenne de Depeche Mode y con un amor incondicional por el R&B y el dubstep, Junior Boys construyen su mundo de fantasía con la intención nada inocente de que nos quedemos enredados en su telaraña para siempre. La verdad es que están cerca de conseguirlo, aunque su exceso de frialdad digital haga que no lo tenga tan claro.
Todas estas dudas son legítimas, por supuesto. Lo que no veo justificable es dudar de la calidad y la intención del proyecto. Junior Boys son un dúo que juega con el sonido como les viene en gana. Son capaces de producir texturas y vibraciones únicas, atractivas y absolutamente subyugantes. No solo en cuanto a originalidad, sino en cuanto a la calidad superlativa de un sonido capaz de envolverte por completo y de provocar una experiencia absolutamente inmersiva en el oyente, el cual simplemente va a abandonar este mundo durante los tres cuartos de hora largos de trayecto que nos propone el disco.
Dicho esto, aunque tomado como artefacto tecnológico el disco no tiene parangón, si nos fijamos en las canciones, en las melodías, en los ganchos... Ahí no es tan redondo. Aun siendo muy buenos en todo lo que hacen, quizás tengan razón los que le piden un poco más de ritmo a un disco flotante y nebuloso en demasía. Y si no la tienen, que es posible, sí que me hacen ahondar en una duda que no me permite relajarme al cien por cien con So This Is Goodbye. Disco del año, candidato a mil premios... Vale, lo entiendo perfectamente. Que cuente con mi voto, pero...
★★★☆☆
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