MADCHESTER ON THE ROCKS. Dicen que en los cinco años que mediaron entre su glorioso debut y este segundo álbum, los Stone Roses vivieron en medio de un bloqueo creativo y en un mar de dudas acerca de la valía de su nuevo material que fue el causante de que tardaran tanto en dar continuidad a una obra que había descargado unas expectativas tremebundas sobre las espaldas de los mancunianos.
Hay que tener en cuenta que entre su estreno y este 1994 habían pasado muchas cosas. Entre otras, el grunge había entrado en escena cambiando las reglas de la industria y el gusto del gran público. Un grunge que, si bien vivía sus estertores finales en cuanto a autenticidad con la trágica desaparición de Kurt Cobain, también precisamente por esto se encontraba en el pico de su popularidad.
No era el mejor momento por lo tanto para continuar donde lo dejaron con The Stone Roses (1989), pero es que este material no hacía sino darles la razón en cuanto a sus dudas. Lo que se aprecia aquí en una primera escucha es una intensificación de la psicodelia y de las guitarras setenteras. Incluso se atisban rastros de... ¿Blues? No, no parecía que los Roses estuvieran muy enfocados precisamente ni que supieran muy bien lo que estaban haciendo.
Todo esto si comparamos este segundo esfuerzo con su debut. Si lo dejamos sonar y expresarse como ente individual, encontraremos más motivos de regocijo y concluiremos que no es un mal álbum. Sobre todo si lo nuestro son las guitarras y los sonidos más, digamos, norteamericanos. Tanto en las acústicas como en los efectos espaciales, John Squire se sale aquí, eso es innegable. También es difícil poner en duda que conjuran el mejor espíritu de los Stones y del rock sureño vía sus hermanos carnales de Primal Scream. No es que sea cosa mala, aunque hay que decir que más que en Screamadelica (1991) parecen basarse en el más endeble Give Out But Don't Give Up (1994), disco que salió tan solo unos meses antes.
Por tanto, un disco interesante pero problemático. Una obra que te da una de cal y dos de arena y que no se presenta como un bloque en ningún momento. Hay canciones realmente infecciosas aquí ("Driving South", "Begging You", "Love Spreads"), pero lo cierto es que, entre lo melindroso de las lentas, lo dulzón de un pop que no funciona y lo artificioso de un tracklist que simplemente no acaba de empastar, el álbum no levanta el vuelo. Una pena más grande aún al venir acompañada de unas expectativas demasiado altas.
★★☆☆☆
Total length: 78:37
Xxx
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