martes, 11 de febrero de 2025

Cerebro, mano, corazón

Die Mensch-Maschine (Kraftwerk, 1978)

 

PROTO-TECNO. Kraftwerk fueron unos pioneros y su obra aparentemente fría se ha alojado en los corazoncitos sensibles de melómanos de todo el mundo. Sin ellos no habría rap, ni techno, ni post-punk. Y si pueden hacerse acreedores del título de banda superinfluyente es gracias a su discografía de mitad de los 70 en adelante. Entre ella destaca especialmente esta obra, una de sus gemas más pulidas, un disco referencial y totémico. Una obra de una belleza que no por calculada deja de ser más estremecedora.

Apenas unos meses después de entregar su obra maestra, Trans Europa Express (1977), Kraftwerk vuelven a impresionar con un nuevo brochazo en el lienzo de la eternidad. El rojo más absolutista domina una portada icónica y espectacular que hace justicia a unas piezas musicales que construyen un disco que siempre será el último grito. Y es que lo retro siempre estará de moda.

Todo el que se pirre por lo vintage entenderá perfectamente este disco. Sus sonidos de retrofuturismo nos trasladan a un espacio y un lugar irreal y terriblemente evocador. Al cine expresionista alemán, las distopías futuristas de finales del siglo XIX y principios del XX. Y el más moderno del grupo también lo adorará porque siempre va a sonar como grabado ayer. No deja de ser curioso que todavía hoy haya bandas y DJs que traten de imitar este sonido, algo muy complicado de conseguir empezando por el equipo utilizado. La magia que salía de estos sintetizadores primitivos es irreproducible por mucho que tengamos los emuladores digitales más avanzados.

La belleza de estas piezas, además, va más allá de la técnica o la falta de ella. Tienen un corazón palpitante dentro de su carcasa metálica. Un toque humano que hace grandioso al título del álbum. Puede parecer sencillo pero capa tras capa, melodía tras ritmo, no deja de revelarnos sorpresas a cada nueva escucha. Esto es más que pop. Esto es lo que Mozart o Schubert harían de haber nacido en esta época.

A1 Die Roboter 6:09 ✔
A2 Spacelab 5:56
A3 Metropolis 5:59
B1 Das Model 3:39
B2 Neonlicht 9:05
B3 Die Mensch-Maschine 5:25

Total: 36:13

El rojo y el negro que nos grita desde la portada original con los miembros del grupo en pose hierática y elegante nos remite, más que a la novela de Stendhal, a la confrontación y a un pasado más que negro en Alemania. Decir que se atisban ciertas conexiones con la iconografía nazi, aunque sin duda algo exagerado, tampoco creo que pueda considerarse descabellado.

Lo cierto es que el grupo, que siempre ha rechazado cualquier conexión con tan abyecta ideología, estaba homenajeando aquí el constructivismo soviético de artistas como El Lissitzky e incluso a la Bauhaus originada en su tierra.

Tampoco podemos abstraernos de los paralelismos con la imaginería propagandística soviética, aunque a su vez también nos pueden remitir a la nacionalsocialista.

Lo que pretendo decir es que, voluntariamente o no, que yo creo que más bien sí, Kraftwerk juegan aquí a endosarnos un juego de contrarios y de conexiones imposibles que no hacen sino aumentar el aura de un álbum que es mucho más que eso, pero que también es eso. ¿O no? 

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